Sergio Roulier - Pedro Squillaci / La Capital
El temporal de lluvia que se desató el fin de semana en Rosario dejó como saldo a unas 300 personas evacuadas y diferentes sectores de la ciudad completamente anegados. Desde el sábado a la mañana cayeron 85 milímetros. En cuatro zonas, las familias debieron abandonar sus hogares y fueron trasladadas al Batallón de Comunicaciones 121. El punto más crítico fue Nuevo Alberdi, donde se desbordó el canal Ibarlucea e inundó las precarias viviendas cercanas al curso de agua. Anoche, la situación tendía a complicarse debido al incremento del caudal, producto de las lluvias registradas cuenca arriba. También hubo cortes de luz en algunos barrios y árboles caídos. Se espera un mejoramiento en las condiciones del tiempo para hoy, aunque con vientos fuertes y bajas temperaturas. Las cuatro zonas tapadas por el agua fueron Garibaldi al 4100, Saavedra y Las Palmeras (Los Humitos), bulevar Seguí y Provincias Unidas (La Lagunita), y el sector rural de Nuevo Alberdi. Hubo otros sectores de la ciudad donde también hubo anegamientos y resultó dificultoso cruzar la calle sin mojarse. Hasta anteanoche ya habían caído 66 milímetros. Pero todo se agravó con la lluvia de ayer a la mañana. Hubo mil familias que se quedaron sin luz en sólo tres zonas de la ciudad: barrios Moderno, Cristalería y Ovidio Lagos al 7000; más otros problemas puntuales en el centro y sudoeste rosarinos. Según la Empresa Provincial de la Energía (EPE), el servicio se fue normalizando con el correr de las horas. También se produjo la caída de algunos árboles, mientras otros quedaron apoyados sobre cables, aunque esta vez no fue el problema más grave del temporal. La lluvia castigó a los sectores más vulnerables a las inundaciones. La mayor cantidad de los evacuados llegó de Nuevo Alberdi. Eran cerca de 150. Había 78 provenientes de Garibaldi al 4100 y 85 de La Lagunita. Allí donde confluye el canal Salvat con el arroyo Ludueña se había formado una laguna intransitable. Las callecitas de tierra habían desaparecido. Los pocos lugareños que resistían se movilizaban con carros tirados por caballos. Otros miraban el paisaje desde sus casillas. La Capital acompañó algunas tareas de rescate de evacuados, realizada por personal de Promoción Social de la Municipalidad. Las rondas por las zonas afectadas comenzaron desde el mediodía, cuando el viento frío del sur le sumó dramatismo a la situación, por si hacía falta. Sin embargo, sorprendió ver cómo los evacuados (principalmente los chicos) tomaban todo con naturalidad. "Me gusta que me lleven al Batallón, porque ahí nos dan zapatillas", decía Lucas Zalazar (8 años), todo un experto en sufrir inundaciones. El presidente del Centro Comunitario Buenos Vecinos, Ramón Ferreira, apuntó al gobernador. "Hace 5 años que tienen la obra de canalización del Ibarlucea a medio hacer, pero Reutemann mira para otro lado (ver aparte). Es así, las inundaciones son para nosotros como las fiestas de fin de año: sabemos que llegan sí o sí", graficó. La situación a los costados del Ibarlucea era muy complicada a últimas horas de la tarde de ayer debido a la crecida del canal y no se descartaba que aumentara la cantidad de evacuados. En el Batallón 121 se podía apreciar cómo les cambiaba la cara a los que recién llegaban. Primero recibían ropa seca, frazadas y zapatillas. Después les daban arroz con leche y chocolate. Los paramédicos realizaban permanentes controles, muy especialmente en las embarazadas, para evaluar el estado de salud de los evacuados. Hubo otros sectores con problemas, como en La Lagunita, donde hoy todavía deberán seguir sacando agua. En Villa Banana y en Olavarría al 1300 bis las calles de tierra eran un lodozal. En cambio, en Garibaldi al 4100 las familias evacuadas podrían regresar hoy, según dijo el director de Defensa Civil, Marcos Escajadillo. "El temporal que sufrió Rosario se debió a la irrupción suave de aire frío que provocó inestabilidad y mal tiempo", explicó Juan Pablo Bambikian, del Servicio Meteorológico Nacional. Si bien el fenómeno se desplazó hacia el litoral del país, el alerta meteorológico continuaba sobre la ciudad al cierre de esta edición debido a los vientos fuertes y chaparrones aislados que se pronosticaron. Hoy se prevé un marcado descenso de la temperatura con una mínima de 8 y una máxima de 15 grados, una tendencia que ya ayer por la tarde se notó con los 10 grados a las 17. Recién para mañana y el miércoles el termómetro volverá a superar la marca de los 20 grados, según los meteorólogos.
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