Año CXXXV
 Nº 49.637
Rosario,
domingo  20 de
octubre de 2002
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Cuando lo anormal es la norma

El preso Guillermo Santiago Guerrero fue uno de los que vio el 26 de julio a la menor denunciante en la comisaría 1ª. Al preguntársele si algo le llamó la atención esa noche, respondió: "si hubiera escuchado gritos o golpes no me hubiera llamado la atención porque eso es común cuando detienen a alguien en una comisaría". En ese sentido agregó que "los policías que estaban en la comisaría generalmente le pegaban a los presos (y) esa noche les habían pegado a los del pabellón dos. El comentario era que me decían: «mirá cómo tuviste que cobrar vos por los otros pibes»". Guerrero fue retirado de la comisaría para ser trasladado al penal de Coronda poco antes de que ocurrieran los hechos.


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