Otra final. Otro punto de inflexión. Pero está en juego la confianza, la tranquilidad, la cohesión como equipo; no tanto el promedio. Hasta podría decirse que preocupa más el discurso, el comportamiento adentro de la cancha, que los puntos perdidos frente a rivales de la misma talla. O en todo caso, la dilapidación en los últimos seis partidos, de todo lo bueno que había hecho Central en la primera media docena de encuentros del Apertura.
Otro rival directo es el tema a tratar: Talleres. El equipo del Checho Batista que al menos subsanó uno de los inconvenientes que tenía. Ahora suma como local, aunque no fue el caso de la última fecha ante Independiente.
Pero como el domingo ante Arsenal, al menos eso se preveía, todo parece depender de Central. No es que se soslaye el potencial cordobés, sino que Central es su propio termómetro. Lo demostró en las primeras fechas cuando se instaló en la cima del torneo. Lo rubricó en la segunda parte, cuando se juego se fue diluyendo rápidamente hasta la intrascendencia.
Menotti cambia más de medio equipo: no parece la mejor presentación para un equipo que busca recuperar cierta solidez, pero son los tiempos que corren. Del otro lado habrá la misma cantidad de variantes. Una señal de que la tormenta está instalada en los dos frentes: en el local y en el visitante.
Si el choque con Arsenal fue considerado como una final, ni hablar del que jugarán esta noche ante Talleres.
Para muestra basta con recordar las declaraciones del Rifle Castellano la semana pasada. "Aunque suene un poco exagerado es así. No tengo dudas de que el partido ante Arsenal para nosotros es una final. Porque hay que ganarlo sí o sí, no nos queda otra. Si bien de ahora en más serán todas finales, vamos a jugar un cotejo importantísimo por un montón de cosas. Por el momento que vivimos, porque vamos a medirnos frente a un rival directo en la lucha por el descenso y sobre todo porque si ganamos estaríamos descontando más de tres puntos, ya que ellos bajan más rápidos que cualquiera en la tabla de los promedios. Yo peleé el descenso con equipos muy inferiores a este de Central y zafé. Por eso no me imagino descendiendo".
El discurso sirve y es el adecuado, pero en la cancha de Lanús, la actitud del equipo fue directamente opuesta a la dialéctica. Queda muy poco margen para que los rivales sigan recibiendo ventajas. Es más, cualquier resultado diferente a un triunfo, generaría un tembladeral del que ni siquiera Menotti podría asegurar que saldrá ileso.
Hechos y palabras deberán llegar a una comunión que al menos le permita al conjunto auriazul afrontar el partido con la actitud debida. A ello se le deberá agregar la imprescindible cuota de fútbol.
Formaciones
Central: Castellano; Ferrari, D. Díaz, M. Maidana y Cárdenas; M. Quinteros, D. Quinteros y Barros Schelotto; De Bruno; Mandra y Figueroa. Técnico: C. Menotti.
Talleres: L. Islas; Plaza, Avendaño, Smigiel y Baroni; Solana, Rimoldi, Lux y D. Bustos; La Paglia; C. González. Técnico: S. Batista \Cancha: Gigante. Arbitro: Gabriel Favale. Hora: 21.
La Ciudad
