Kuta. - El atentado con coche bomba que conmocionó el sábado por la noche la isla turística de Bali provocó la muerte de por lo menos 187 personas y cerca de 300 heridos, de los cuales un centenar está en crítico estado. En el ataque más grave desde el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, tuvo como objetivo un barrio frecuentado por turistas extranjeros de este "paraíso" indonesio y la explosión redujo a cenizas una discoteca y un restaurante, que estaban abarrotados. La mayoría de las víctimas serían jóvenes turistas australianos. En Australia, las responsabilidades apuntaban hacia el grupo Yemaá Islamiyá, relacionado con Al Qaeda. Esta misteriosa organización, que opera en el sudeste asiático, planeó ya atentados espectaculares en Singapur, que fueron impedidos a tiempo. Su presunto líder, Abu Bakar Baasyir, actúa con libertad en Indonesia, según autoridades de Malasia y Singapur. * "Fue EEUU". "La explosión no fue causada" por indonesios, porque "considerada la fuerte potencia del explosivo empleado, debe ser obra de extranjeros, probablemente de los Estados Unidos", dijo en su descargo Abu Bakar Baasyir. "EEUU hace ciertas cosas para justificar su posición de que Indonesia es un santuario terrorista. Espero que el gobierno de Indonesia no caiga en esa trampa", agregó el religioso. Baasyir, de 64 años, dirige una escuela en el centro de la isla de Java y es señalado por las autoridades indonesias como el jefe de una organización sospechada de tener vínculos con Al Qaeda, liderada por Osama Bin Laden, aunque siempre lo negó. Australia, Malasia y Singapur acusan a Baasyir -quien es admirador de Bin Laden- de ser el jefe o uno de los jefes del grupo extremista Yemaá Islamiyá. * Australia, de luto. El gobierno australiano denunció este acto "de barbarie", puso sus hospitales en estado de alerta máxima y envió ayuda médica a Bali. De acuerdo a los socorristas el 75% de las víctimas son australianos. Además se preparó a la opinión pública australiana para un balance de muertos muy alto. El atentado, no reivindicado hasta el momento, se produce en un momento en que diplomáticos estadounidenses habían expresado sus temores sobre el riesgo de nuevos ataques terroristas en Indonesia, relacionados con la red Al Qaeda. El 85% de los 210 millones de habitantes indonesios son musulmanes, aunque en Bali la mayoría de sus residentes son hinduistas. El mes pasado, la embajada de Estados Unidos en Yakarta estuvo cerrada durante seis días ante el riesgo de atentados. El atentado de Bali se produce días después de la explosión contra un petrolero francés, el Limburg, en las costas de Yemen, que los investigadores calificaron de acto terrorista, y la muerte de un militar estadounidense a manos de kuwaitíes, identificados como simpatizantes o miembros de la organización de Bin Laden. El atentado de Bali puede asestar un golpe terrible al turismo indonesio que hace llegar al país 5.000 millones de dólares al año, así como a las inversiones extranjeras. Cerca de 2,06 millones de turistas visitaron Indonesia en los seis primeros meses de 2002. * Golpe al turismo. El primer artefacto -un coche bomba que provocó la masacre- fue colocado frente a una concurrida discoteca frecuentada por turistas extranjeros en la localidad de Denpasar; el segundo estalló frente a un edificio consular de Estados Unidos. Todas las muertes se produjeron en la explosión que devastó el Sari de Kuta Beach, una discoteca del barrio de Kuta -en la ciudad de Denpasar- muy frecuentada por turistas extranjeros que se encontraba abarrotada en esos momento. (AFP y DPA)
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