El seleccionado de vóleibol de Francia logró ayer su mejor ubicación en un Mundial al obtener la medalla de bronce luego de superar a Yugoslavia, el campeón olímpico, por 3 a 0.
Francia, el verdugo del seleccionado argentino en cuartos de final (3-1), se trepó al tercer escalón del podio en el cierre de su brillante campaña en el Mundial al imponerse en sets corridos por 25-23, 25-23 y 25-16, tras 1 hora y 14 minutos.
Yugoslavia, candidato al título en la previa, no tuvo fuerzas para reponerse de la derrota ante Brasil en semifinales (1-3) que lo dejó al margen de la lucha por el título, y ayer volvió a perder ante los franceses, la gran revelación del torneo.
El conjunto galo, bien organizado por Loic De Kergret, complicó a su rival con una gran defensa, mucho volumen de juego y con el control del bloqueo yugoslavo.
El opuesto Laurent Capet (23 puntos, máximo anotador) fue otro de los pilares de la victoria francesa a partir de la eficacia de sus ataques.
Grecia, séptimo
En tanto, el seleccionado de Grecia derrotó a Portugal por 3 a 2 y de ese modo se adjudicó la séptima posición del torneo. Los dirigidos por Sylianos Prosilikas se impuso con parciales de 21-25, 25-20, 23-25, 25-21 y 15-12.
De esta manera, el seleccionado griego mejoró su actuación con respecto al Mundial 98, donde finalizó en la 13ª posición, pero no superó su mejor perfomance en este tipo de torneos, ya que fue sexto en 1994.
La victoria griega se sustentó en el gran trabajo de Nikolaos Roumeliotis, quien se convirtió en el goleador del partido con 25 puntos; la defensa (especialmente la aplicada en el tie break) y la aparición de su capitán Marios Gkiourdas en los momentos decisivos del encuentro.