La madre de un ex cadete del Ejército denunció ayer al jefe de la fuerza, teniente general Ricardo Brinzoni, entre otros, y pidió ante la Justicia que sea condenado a prisión perpetua por los "tormentos seguidos de muerte" que sufrió su hijo en la Escuela de Suboficiales General Lemos, en Campo de Mayo.
Silvia Pereyra, madre del fallecido Segundo Cazanave, realizó su pedido mediante un escrito que presentó ayer en el juzgado de Instrucción de Eduardo Moum-djian para que la causa sea derivada a la Justicia Federal, ya que hay funcionarios nacionales involucrados. El expediente fue caratulado como "muerte dudosa".
En el mismo escrito, la mujer, acompañada de sus abogados y del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, pidió que se investigue también al director del establecimiento, coronel Ricardo Sarobe, y a los oficiales y suboficiales a cargo de la subunidad de aspirantes de primer año.
Para Pereyra de Cazanave, su hijo fue "torturado por alumnos de segundo y tercer año" de esa escuela, que lo habían "tomado de punto" y periódicamente lo "bailaban" y sometían a maltratos, bajo el conocimiento de las autoridades militares, que "avalan ese tipo de prácticas".
En el expediente que tramita el juez Moumdjian, el Ejército deslindó responsabilidades al sostener que "la muerte del aspirante no guarda relación con la actividad (la atribuyen a un edema pulmonar) y se produjo en el ámbito civil".
El joven pampeano de 21 años había ingresado a la Escuela de Suboficiales en febrero de este año y, casi cuatro meses después, a fines de mayo, fue encontrado muerto en un departamento de Federico Lacroce al 4136, en el barrio porteño de Colegiales, que le prestaba su tutor del Ejército, Guillermo Pérsico, para pasar los fines de semana.
La autopsia reveló que Segundo Cazanave sufrió golpes que le provocaron la muerte y que su estado físico previo al deceso era muy malo, ya que había adelgazado por lo menos 20 kilos desde su ingreso a la escuela, informaron las fuentes.
El cadete fue encontrado muerto el 28 de mayo, aunque se cree que murió el 23 de ese mes, el mismo día que se retiró del hospital Militar de Campo de Mayo, tras solicitar la baja, agregaron los voceros.
La madre de Cazanave, quien es querellante en la causa, aseguró que llegará "hasta las últimas consecuencias" en el caso, ya que no desea que lo que le ocurrió a Segundo siga pasando en la institución.
Decía que lo trataban mal
Según la mujer, su hijo desde hacía tiempo le comentaba lo mal que era tratado en la escuela militar y, a pesar de su insistencia, no quiso pedir la baja antes. Recién, el 23 de mayo último, cuando "no pudo más", Cazanave pidió la baja y "a poco de llegar a su casa cayó muerto", pese a que había sido revisado por equipos médicos del Ejército que no diagnosticaron los golpes y lesiones que habría sufrido, explicó.
Los abogados de la familia del cadete, Eduardo Barcesat y Mirta Mantaráz, anunciaron que la denuncia que llevan adelante es la de "tormentos seguidos de muerte", cometido en el marco de una práctica que "es habitual en el seno de esa institución verticalista".
"Son prácticas feroces que se inducen en el propio sistema. Las autoridades saben que eso ocurre y lo fomentan", manifestó Barcesat, al señalar que es muy común que los cadetes de años superiores "bailen" y castiguen a los más chicos.
Respecto del caso puntual de Cazanave, los abogados y su madre aseguraron que "había sido tomado de punto", tal como pudieron saber mediante la lectura de un sumario administrativo militar en el que constan las declaraciones de cadetes de segundo y tercer año de la escuela.
Barcesat informó que en el marco de la causa solicitó ayer a la Justicia que secuestre ese informe, al igual que otros documentos de relevancia en el caso, para ser incorporados como pruebas.
También pidió que se secuestre la historia clínica del cadete, quien al ingresar a la escuela tenía un "muy buen estado físico" y al pedir la baja su salud era "calamitosa", no obstante lo cual "los médicos que lo revisaron omitieron su cuidado y ni siquiera le avisaron a su tutor, lo cual es obligatorio", agregó el letrado.
"En lugar de internarlo y tratarlo hasta ser repuesto totalmente, se le autorizó la baja, dejándolo librado a su suerte, que es decir la muerte, por abandono y omisión de asistencia a quien había sido víctima de insoportables tormentos físicos", se afirmó en la presentación judicial.
El abogado señaló que, entre las pruebas recolectadas, la querella cuenta con testimonios de compañeros de año del cadete muerto, que se animaron a contar que Cazanave era permanentemente hostigado por los aspirantes mayores.
"Existe un sistema de encubrimiento, pareciera que el que relata esto, el que da cuenta que fueron los aspirantes de primer año" los que torturaban a Cazanave, "es un delator y puede sufrir castigos similares", advirtió Barcesat.
Para el abogado es necesario "quebrar este sistema, esta sevilla, esto de formar anatomistas en el dolor humano, para formar con criterio humanista a los cuadros militares y no esto de torturadores, expertos en vejámenes". (Télam y DyN)