Los martes, tras una derrota preocupante, o amplia del domingo anterior, es muy frecuente encontrarse con un escenario ya tradicional en los entrenamientos. Los jugadores sentados en ronda escuchando las reprimendas del entrenador. Si bien César Menotti les hizo saber a sus futbolistas ya desde el empate con Chacarita que el equipo no funcionaba como antes, la semana previa al choque con Huracán, y posterior a la goleada recibida en el Monumental, fue manejada sin dramas por el entrenador con bastante de psicología. Ayer, antes de la última práctica, el DT habló unos 20 minutos con los futbolistas, pero el tema en cuestión fue sólo el choque de esta tardecita frente a Huracán en el Gigante. Todo quedó sepultado el martes y los jugadores se despojaron -al menos eso pareció- del complejo. Está claro que para Menotti lo pasado está pisado.
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