Con un nivel superior al mostrado ante Australia, pero padeciendo algunos sustos, el seleccionado argentino de vóleibol derrotó a China por 3 a 1 y se clasificó para la segunda fase del Campeonato Mundial Argentina 2002. Los dirigidos por Carlos Getzelevich se llevaron la victoria por 32-30, 25-19, 24-26 y 25-21, en un Aldo Cantoni totalmente colmado. Hoy, a las 21, Argentina enfrentará a Portugal, el otro puntero del grupo A, para definir quién se queda con la primera posición de la zona. Quizá el flojo comienzo de cada partido vaya a ser una constante, de lo contrario será difícil explicar por qué le costó quedarse tanto con el primer parcial, tras un comienzo auspicioso. Los jugadores dirigidos por Carlos Getzelevich necesitaron de 8 setballs para liquidar el primer chico por un eterno 32-30, que también pudo terminar en manos de los chinos. En el haber de ese primer set habrá que anotar el buen trabajo realizado por Alejandro Spajic y Marcos Milinkovic en la anotación, pero la desconcentración y las dificultades en el bloqueo le jugaron muy en contra. La realidad se instaló en el segundo set, cuando la Argentina marcó la diferencia que al menos hoy por hoy existe con el seleccionado asiático. En esto tuvo mucho que ver la buena labor de Jorge Elgueta y Hugo Conte, un repunte en el bloqueo y el buen resultado que le dio el ingreso de Gastón Giani. China, por su parte, ya no dispuso de la posibilidad de aprovechar los errores argentinos y poco pudo hacer para mantenerse a la par en el resultado, que al final quedó en un cómodo 25-19. Sin embargo, en el tercer set, Argentina volvió a ser el mismo equipo lleno de dudas. Comenzó ganando con tranquilidad, dejando la sensación de que el partido se iba a terminar rápido, pero a partir del 21 iguales se vino a pique. Y China, que está lejos de ser un gran equipo, tuvo la inteligencia necesaria para aprovechar el regalo y quedarse con el set por 26-24. En el cuarto set también se debió sufrir más de la cuenta. Los chinos estuvieron en el encuentro hasta 17 iguales, pero a partir de entonces Argentina tuvo un poco más de concentración, y Milinkovic, Conte y Spajic hicieron lo suficiente como para cerrar el partido en el momento decisivo. Fue 25 a 21, con algo de susto, pero merecido. Hoy llegará el turno de Portugal, un rival que dejó un recuerdo negro en el plantel argentino. La empresa no será sencilla, pero tampoco imposible. (DyN)
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