El ministro de Economía, Roberto Lavagna, comenzó a desplegar ayer en Washington su "campaña de esclarecimiento" sobre la situación económica argentina, con el objetivo de reunir una masa crítica de apoyos internacionales que obligue al Fondo Monetario Internacional a negociar un acuerdo con el gobierno de Eduardo Duhalde.
El ministro busca ganar el respaldo de otros organismos como el Banco Mundial y el BID, y de los países del Grupo de los Siete que, sin contar Estados Unidos, reúnen el 28% del poder de votos dentro del Fondo. Con ese objetivo, ayer participó de una reunión de ministros de Economía de América y se reunió Andrew Crockett, uno de los integrantes de la comisión de notables que trabajó hace unos meses en Argentina. Mañana se reunirá con el vicepresidente del BM, David de Ferranti, y con sus pares de Canadá y suiza, John Manley y Gaspar Villiger.
Lavagna encontró eco en el BID, el Banco Mundial y el Grupo de los 24, que agrupa a los países emergentes. Este último nucleamiento se pronunció claramente a favor de que el FMI preste asistencia a la Argentina porque "ya cumplió con las condiciones para llegar a un acuerdo". En cambio, recibió muestras de indiferencia del parte del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, quien se refirió a la situación económica de América latina pero omitiendo olímpicamente el caso argentino.
La única referencia implícita del secretario, quien se encontró con su colega argentina en el marco de la reunión de los ministros americanos, fue que los países de la región que exhiben crecimiento económico son los que tienen un "fuerte liderazgo".
En esa misma línea se expresaron voceros del Grupo de los Siete, que agrupa a los países industrializados. Los ministros de finanzas de ese grupo, que sesionan en Estados Unidos en forma paralela a la asamblea del Fondo Monetario (las sesiones formales comienzan hoy), trataron de modo informal el caso argentino.
Una fuente de ese nucleamiento se quejó de la falta de apoyo político con la que cuenta el ministro Lavagna y reclamó un acuerdo entre los candidatos, similar al que firmó la dirigencia brasileña. Dijo, además, que la situación argentina respecto de la comunidad internacional es de "bloqueo" y se pronunció a favor de encontrar una fórmula que "permita transitar los seis meses que quedan hasta las elecciones". De todos modos, advirtió al gobierno de Duhalde que no pagar las deudas a los organismos "sería un fracaso total para el país".
Esta declaración oficiosa, junto a la indiferencia con la que trató al denominado "caso argentino" el secretario del Tesoro de Estados Unidos fueron los goles en contra que recibió ayer el ministro Lavagna durante su primer día la "campaña de esclarecimiento".
El jefe del Palacio de Hacienda participó ayer de una cumbre con los ministros de 34 países americanos, encabezada por O'Neill. Fue un encuentro sin agenda predeterminada y en el cual no faltaron discusiones ásperas. Lavagna, por ejemplo, se despachó contra los organismos internacionales con el FMI y advirtió que la Argentina no ingresará al Alca si Estados Unidos no desmantela los subsidios agrícolas.
El ministro chileno, Nicolás Eyzaguirre, se quejó de que el Fondo actuó a destiempo en la crisis de los países sudamericanos y reclamó especialmente brindar ayuda crediticia a Brasil para evitar que se expandan los efectos de un sacudón que afecta a toda la región. Pero el funcionario del país vecino se ocupó de diferenciar la situación de la Argentina. "Es un caso distinto al de Brasil, yo no condenaría al FMI", dijo el amigo.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos destacó los "progresos económicos reales" que está haciendo Brasil y elogió los éxitos de Chile y México y lo atribuyó a que hacen los deberes y tienen "liderazgo".
Algo es algo
En cambio, el Grupo de los 24, que reúne a los países emergentes, fue enfático en el reclamo al FMI y el Banco Mundial para que lleguen a un acuerdo con Argentina. Destacaron que las negociaciones están estancadas pese a que en los último meses "el gobierno argentino instrumentó una sólida macroeconomía".
Aunque aclaró que de su viaje a Washington no se podían esperar anuncios relevantes, el objetivo del ministro Lavagna en su periplo norteamericano es reunir apoyos para presionar a la conducción del Fondo a favor de un acuerdo. En el medio, apostó a instalar una guerra mediática con Anne Krueger y Horst Köhler, responsabilizándolos de ahogar la tibia reactivación que, a su entender, está experimentando la economía. Desde el organismo le respondieron con munición gruesa.
Ayer, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, se sumó a la pelea al asegurar que los argentinos "estamos cansados de tanto bla, bla" de parte de los funcionarios del FMI.