Rodolfo Bella / La Capital
Marcelo Polino es el creador de "Zap", el programa que, desde la pantalla de Canal 9, alimentó uno de los fenómenos más cuestionados de la televisión: los mediáticos. Pese a las críticas que recibe a diario, el animador confía en su trabajo. "Hoy más que nunca antes la gente necesita divertirse y esa es la única pretensión de nuestro programa", explicó a Escenario Polino, y vaticinó: "El programa tiene larga vida porque cada vez hay más mediáticos, y cada vez son más desinhibidos y tienen más rating". -¿Cuál fue la idea original de "Zap"? -La idea original fue hacer un programa para repasar lo que había pasado el día anterior en la televisión. Pero después empezaron a venir personajes mediáticos, como Jacobo (Winograd) o Guido (Süller), y así se fueron sumando. Fue dando una vuelta de tuerca que ahora es como un nuevo género que en realidad nunca se había hecho acá, pero que hay en Estados Unidos y España, los reality fiction, y siguió por ese lado. -¿Ustedes convocan a los mediáticos? -Nosotros los llamamos y después uno trae al otro. -¿Te considerás el precursor de ese nuevo género? -Sí, surgió del trabajo, pero lo loco es que no fue pensado. No es que sentó un equipo de creativos y dijeron que iban a hacer un determinado tipo de programa, sino que se fue dando en el trabajo diario. -¿Este nuevo género tiene guionistas? -No, para nada. Se plantean los temas, hablamos con los productores y ellos los desarrollan, con música, vestuario, ahora tenemos una vedete enana y el canal le puso plumas para que se vista de vedete. -¿Polino es un personaje? -Sí, porque si fuera como soy en la tele, sería esquizofrénico. ¿Te imaginás lo que sería las 24 horas del día gritando, encarando gente y hablando? Creo que me volvería loco. -¿Las polémicas están pautadas? -¿Vos creés que a Jacobo Winograd le podés dar un libreto o una pauta de que no diga o haga algo? Son personajes inmanejables. -¿Hay algún tipo de límite para lo que se dice o hace en el programa? -Yo trato de poner límites porque dicen muchas malas palabras, y putean, y el programa sale a las tres de la tarde. -¿Tuviste problemas por esto? -No, porque tratamos de manejarlos y controlarlos un poco para que no se desborden, que haya un cierto criterio en lo que se dice, por lo menos en el tiempo que estamos en el aire. -¿Cómo pensás que puede evolucionar este programa? -Me parece que tiene una larga vida porque cada vez hay más mediáticos, y cada vez son más desinhibidos y cada vez tienen más rating. -Hace poco lanzaste una búsqueda de mediáticos -Sí, y los presentamos en el programa del Día de la Primavera, y ya tuvo su primera participación fuerte la primera persona que vino. -¿Cuál es la función del mediático? -El mediático es una persona que tiene relación con un famoso, ya sea de amistad, parentesco o de haber trabajado con él, y tiene ganas de ser tanto o más famoso que esa celebridad con la que estuvo relacionado. -¿Tuviste problemas con los famosos a raíz de los comentarios de esas personas? -No, jamás. -¿Hay códigos entre vos y los famosos? -No, me parece que mucha gente que está agradecida que yo haga este género, porque no me estoy ocupando tanto de lo que tiene que ver con los artistas. Me parece que hay gente que está más relajada. -¿Agradecida porque no te metés con ellos? -Claro, porque cuando hacés exclusivamente chimentos de la farándula, hablás directamente de los famosos. Ahora yo estoy con el mundo de los mediáticos y "Zap" es como una isla. -¿En qué sentido? -Porque es un programa que la gente lo mira para divertirse, que lo ve como un show muy colorido. -¿Quieren provocar o divertir? -Mirá, yo trabajo para hacer rating, porque si no hago rating me pegan una patada en el culo y vuelo. Esto es un negocio. Si tenés salamines, querés vender salamines. Yo tengo que hacer rating para mantener esta estructura porque hay cien personas que trabajan en este programa y son cien familias que comen de este producto. -Hace un tiempo te habías enojado con las críticas que le hacen a tu programa. -No me molestan las críticas. Por ahí me preocupa o me da bronca porque reacciono contra la hipocresía, contra el que critica desde un lugar que no conoce. Yo trabajé en lugares donde se inventaron cosas que me enteré cuando me fui y me sentí muy mal por eso. Por ahí en esos mismos programas te critican porque si el romance de Guido Süller es real o no. Esas cosas me dan bronca. La hipocresía se ve en cualquier parte, pero sobre todo en la tele porque es como una hoguera de vanidades. -¿Harías cualquier cosa por el rating? -Depende de lo que sea cualquier cosa. Si le tengo que pegar un tiro en cámara a una persona, obviamente que no. Tampoco lo tengo tan establecido. Es algo que lo voy viviendo día por día. -¿Los chimentos son una categoría dentro del periodismo de espectáculos? -Este es un país muy chusma, donde todo el mundo quiere saber qué hace el vecino. Si pongo a Norma Aleandro en la tapa, no vendo un ejemplar, pero pongo a Silvia Süller y triplico las ventas. -¿Qué pensás hacer un programa así en este momento del país? -Yo busco entretener y pasarla bien. Nada más.
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