Isolda Baraldi / La Capital
El transporte de media y larga distancia sigue fuera de control. La propia Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Rosario calificó ayer de "caótico" el panorama. "Fallan las verificaciones de los micros. Acá está en juego la vida de los choferes y los pasajeros", disparó el pro secretario del gremio, Ernesto Pendino. Gomas lisas, vidrios rotos, fallas técnicas y falta de elementos de seguridad vial son algunas de las irregularidades que se detectan asiduamente entre los colectivos que llegan y parten de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno. Los propios choferes de las distintas empresas señalaron que la mayoría de los vehículos tiene más de diez años. "No tenemos muchos inspectores para controlar", se justificó el subdelegado en la ciudad de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Raúl Bianciotti. Si de muestra basta un botón, antenoche volvió a quedar varado en Rosario un ómnibus, esta vez de la empresa TAC con destino a Mendoza, a instancias de los pasajeros que denunciaron problemas técnicos en la unidad. Cuando los viajeros buscaron en la terminal a los inspectores de la CNRT no los pudieron encontrar y después de varias horas lograron que la compañía cambiara el micro. En los últimos meses La Capital dio cuenta de numerosas situaciones similares en las que los propios usuarios detectaron irregularidades antes de emprender un viaje. Así, demoras y protestas son moneda corriente en la Mariano Moreno. Tanto la UTA como la CNRT advirtieron que la situación del transporte no escapa a la crisis económica del país. "El problema es que acá están en juego las vidas de los choferes y de las personas", advirtió Pendino. El gremialista mantuvo una reunión el viernes de la semana pasada con las autoridades de la CNRT para pedir mayores controles. "Es cierto que no tienen muchos medios, pero son los responsables de fiscalizar", afirmó. Bianciotti señaló que hace unos meses implementaron turnos rotativos para que la presencia de inspectores en las plataformas sea de 24 horas. "Tratamos de cubrir todos los horarios pero hay días en los que no se puede", argumentó. El funcionario aclaró además que las actas de constatación que hace la repartición nacional se limitan a la documentación del vehículo, el estado de las gomas, luces y elementos de seguridad. "Las empresas tienen obligación de hacer una revisación técnica cada seis meses, nosotros no inspeccionamos frenos ni motores", indicó. Alrededor de 1.500 choferes de corta y media distancia están afiliados a la UTA santafesina. Este diario dialogó con una decena de ellos ayer en la plataforma de la Terminal Mariano Moreno. Los trabajadores, que pidieron reserva de sus nombres, confiaron que la situación del transporte "es de regular para abajo". "El transporte está como el país, era lo mejor que teníamos pero se cayó el sistema", lamentó un veterano chofer. Pero no fue la única queja que manifestaron los empleados. "Los coches en general ya tienen más de diez años, y eso hace directamente a la seguridad", apuntaron. Tampoco omitieron la crisis general que provocó la baja de pasajeros, y en ese marco cuestionaron la guerra de las tarifas. Todos coincidieron en que es imposible sostener la calidad de los servicios con precios que no cubren los costos. "¿Cómo pueden mantener esas tarifas?", se preguntaron dos choferes segundos antes de subir al micro y partir rumbo a Córdoba.
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