Capitán Bermúdez. - Casi siete mil bermudenses se decidieron por el radical Fabián Varela para que complete, hasta diciembre del año próximo, el mandato que dejó trunco la renuncia de Gerardo Carlucci al frente de este controvertido municipio. El hasta ayer intendente interino se impuso holgadamente con el 55 % de los votos sobre su principal contendiente, el socialista Oscar Borra, quien obtuvo el 31 %. Los comicios, que se desarrollaron con tranquilidad, se caracterizaron por la ausencia de un peso pesado, el Partido Justicialista, abstención que, sin embargo, no le resta legitimidad a la victoria de Varela.
Contra lo que muchos preveían, el voto en blanco esta vez no fue la estrella. Todo lo contrario, un escaso 3,20 % demuestra que los bermudenses que concurrieron a las urnas sabían lo que querían. Sin embargo, el 30 % del padrón que no sufragó será, seguramente, eje de las más variadas interpretaciones y chicanas durante la semana que comienza hoy.
Más allá de la contundencia de los números, el triunfo radical comenzó hace meses, cuando nadie parecía encontrar el rumbo en Bermúdez y el oficialismo esperaba casi resignado su destino de intervención. Varela encabezó la entrada al entonces tomado edificio municipal y desde allí comenzó lentamente a construir su estrategia: sumó el apoyo de la UCR en pleno y resistió la embestida intervencionista del PJ.
Esa actitud le valió a Varela ser el elegido de un grupo al cual no pertenecía y gozar de una estructura partidaria vital para su triunfo. A partir de ayer, y más allá de que algún nostálgico vivara a Carlucci a la hora de los festejos, Varela parece emerger en el centro del radicalismo bermudense dispuesto a escribir su propia historia.
Derrotados, pero conformes
En el rincón de la derrota, esta vez no hubo una cara visible. Seguramente, muchos le enrostrarán al justicialismo la falta de quórum de su propuesta abstencionista, resaltando la concurrencia del 70 % del padrón.
Por el lado de Borra, no había tristeza, y a nadie sorprendió el resultado final: un 30% es un capital nada despreciable a la hora de proyectar un futuro, aunque el socialista sabe que en las próximas elecciones el menú electoral será más completo y tal vez no cuente con los votos que supo conseguir por las ausencias del PJ, el PDP y el ARI. "Estoy contento por haber recibido el apoyo de más de cuatro mil bermudenses, teniendo en cuenta que competimos contra un aparato muy fuerte", dijo Borra, flanqueado por el intendente rosarino Hermes Binner y otros dirigentes del PSP.
Por su parte, la vivencia de Salcedo fue contradictoria. Fue parte de la victoria radical y, a su vez, de una derrota contundente, que sin dudas deja como enseñanza que en Bermúdez los aparatos tienen absoluta incidencia en los resultados. Como número dos del equipo, no pudo ni por asomo arrimar a los miles de votos que lo ungieron en 2001 como el más votado para el Concejo.
Por el lado de la izquierda las preferencias fueron parejas. El escaso margen que colocó a Lucio Adino (Izquierda Unida) por sobre Claudio Cítara (Partido Obrero) no da para hablar del predominio de un sector sobre otro, pero sí deja como saldo que, más allá del "que se vayan todos", de las múltiples protestas y de la gravedad de la crisis, el electorado sigue sin considerar a la izquierda como una alternativa a la hora de entrar en el cuarto oscuro.
Capitán Bermúdez decidió ayer que el oficialismo termine el mandato logrado en 1999. Pero el mensaje parece ir más allá: pese a cierta indiferencia demostrada durante la campaña, los bermudenses fueron a votar esperando, una vez más, que sus representantes les resuelvan los problemas en lugar de creárselos. Ahora queda en manos de éstos, de toda la dirigencia política, demostrarles que están a la altura de las urnas.