Año CXXXV
 Nº 49.600
Rosario,
viernes  13 de
septiembre de 2002
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Batasuna tenía un plan para enfrentar la ilegalización

Madrid.- El partido separatista vasco Batasuna intentó hacer frente a su esperada ilegalización con un plan que preveía usar casas y cuentas bancarias particulares, "limpiar" sus sedes de material comprometedor y diluirse entre los movimientos locales. Batasuna ideó el proyecto en mayo para hacer frente a los pasos que se iban a dar desde la aprobación de la ley de partidos hasta su posible ilegalización, según informó el diario español ABC.
El 26 de agosto, tal como preveía Batasuna, en una sesión extraordinaria, el Parlamento español aprobó mayoritariamente pedir al Tribunal Supremo su ilegalización. Pero el partido no había previsto el dictamen del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que el mismo día de la sesión extraordinaria suspendió por al menos tres años todas sus actividades por considerarlo brazo político de la organización separatista vasca ETA.
"La decisión de Garzón tomó por sorpresa a los estrategas de Batasuna", escribió ABC, porque frustró las medidas que había pensado en caso de ilegalización. Entre éstas figuraba, según el matutino, la creación de una red de locales y pisos particulares en los que albergar documentación material, así como la utilización de cuentas bancarias de particulares.
"El plan de Batasuna proponía medidas concretas, como limpiar las sedes, es decir, desprenderse de aquello que no fuera necesario, sacar los documentos comprometedores y trasladarlos a lugares más seguros", indicó ABC. "Lo mejor es diluirse entre los movimientos o agentes locales. No hay que descartar tampoco las casas particulares", según el documento en el que Batasuna explica su plan.
La coalición plantea, además, concentraciones en el mismo momento en que se haga efectiva su ilegalización, generando "presión o incomodidad"; pedir el apoyo de sectores nacionalistas; encierros y ocupaciones de instituciones. Los batasunos dedican el último apartado del documento a responder a las preguntas que puedan plantearse los militantes. Se trata, así, de atajar las contradicciones de sus bases, según se reconoce en el propio texto.
Los batasunos prevéen también que una de las preguntas que se pueden hacer los militantes se refiere a cómo se va a trabajar una vez sacado el material de las sedes. "Tenemos que conseguir un local sustitutorio como posible lugar de trabajo. No tiene por qué ser necesariamente un local alquilado por nosotros o utilizado únicamente por nosotros. Lo mejor es diluirse entre los movimientos o agentes locales. No hay que descartar tampoco las casas particulares". (Télam)


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