 |  | cartas Lunfardeando parolas
 | El día 5 de septiembre último se festejó en el local de la Academia Porteña del Lunfardo, en el tradicional barrio de San Telmo, de Capital Federal, un aniversario más del lunfardismo, género este que ya tiene numerosos adeptos en el tango, y poetas en la literatura tanguística. Concurrieron también a la reunión numerosos directores de orquestas típicas, cantores, escritores y, por supuesto, poetas. Quienes asistimos al acto pudimos charlar con destacados académicos. En nuestro caso lo hicimos con Héctor Negro, Ricardo Furlan, José Gobello, Martina Iñíguez, Cora Cané, Ben Molar, Luis Alposta y otros. También lo hicimos con el recientemente designado miembro académico correspondiente en la ciudad de Rosario, Armando Del Fabro, a punto de publicar un ensayo de investigación sobre vocablos que nos identifican a los rosarinos en el decir de un "idioma" enriquecido por el aporte de la "lengua" que nos dejaron abuelos, padres y familiares de ese aluvión inmigratorio que ocupó el vasto territorio de la pampa gringa. "Vivir es hacer", nos decía el poeta Del Fabro. Cuatro o cinco millones de personas hablan castellano hoy pero en cada ciudad, en cada grupo van salpimentándolo de sabor local con hallazgos cotidianos de nuevas palabras que modifican el habla y el uso corriente. Qué aburrido sería hablar con idénticos vocablos toda vez que surja un diálogo o, aun, un monólogo. Hay matices que no son sólo de pronunciación, sino también, de léxico, o a veces sintácticos, y le dan al habla un cierto colorido que nos identifica como argentinos. La Academia no hace otra cosa que el seguimiento del habla a fin de dejar registrados el vocablo y su aplicación en la frase. ¡Felicitaciones! por el empeño en buscar, con este quehacer, la identidad. Daniel A. Lazarini
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