 |  | Robert Duvall, con el espíritu lleno de tango
 | A pesar de la destreza que mostró en su nueva película, "Assassination Tango" (Tango asesino), el actor Robert Duvall dijo que no se considera un buen bailador de tango. La cinta de Duvall hizo su debut mundial el miércoles por la noche en el Festival Internacional de Cine de Toronto, que tendrá mañana su ceremonia de clausura. "Uno va a Argentina y es un mundo feroz, a nadie le gusta bailar ahí", dijo bromeando. "Ellos son peores que los actores, critican esto, esto y esto. Yo nunca podría hacer eso profesionalmente (bailar tango)", reconoció. El actor de 71 años hace el papel de un asesino a sueldo enviado a realizar un trabajo en Buenos Aires, el que jura será el último de su sangrienta carrera. Cuando su objetivo, una figura política, retrasa su regreso al país, Duvall pasa el tiempo con una bella bailarina que lo introduce en el sensual mundo del tango. Duvall llamó a Buenos Aires su segunda casa, diciendo que siente mucho cariño por la cosmopolita ciudad, y sus experiencias son presentadas en detalle en la película, al punto que insistió en que los actores hablaran castellano como los porteños. "Es una cultura única, específica y tiene su propia identidad", expresó. Seducido por el tango y su profesora -encarnada por su esposa en la vida real, la argentina Luciana Pedraza-, el personaje de Duvall lleva una doble vida y se ve obligado a superar una serie de complicaciones a medida que su misión comienza a acercarse. En la película trabaja también el salsero y actor panameño Rubén Blades, Frank Gio y Kathy Baker. Duvall, ganador del Oscar, dirigió la película, la cuarta de su carrera, y también la escribió y la produjo. "Cumplir tantas funciones resultó bastante fácil", dijo para terminar bromeando: "Lo único negativo era que no tenía director a quien gritarle".
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