Año CXXXV
 Nº 49.593
Rosario,
viernes  06 de
septiembre de 2002
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Denuncian más faltantes en dos colectas realizadas en la diócesis santafesina
Sacerdotes "exiliados" por Storni revelaron a La Capital detalles sobre el posible desvío de otros U$S 150.000

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Santa Fe.- Las finanzas del Arzobispado de Santa Fe, bajo el cada vez más desgranado reinado de Edgardo Storni (cuyo fin, se dice, es un tema definido), podrían convertirse en el eje de las próximas -y tal vez las más difíciles- penurias del delegado de Dios que por estos días cuestionan los hombres. Es que a los 150 mil dólares que habrían faltado, al menos en la contabilidad primaria de la colecta Más por Menos -como ya publicara este diario- se suma una nueva denuncia: el faltante de otros 150 mil dólares de dos colectas anuales menos famosas que hasta ahora no se habrían restituido, en ambos casos cuando regía la convertibilidad.
El año 2000 parece haber sido el del escándalo económico en el Arzobispado de Santa Fe. Un antecedente impresentable para monseñor Storni, quien entonces aspiraba al máximo trono de la curia argentina: la presidencia del Consejo Episcopal Argentino. Un escalón -para nada alejado dada sus relaciones en Roma- desde el cual acariciar el capelo cardenalicio resultaría más fácil, según contaron a La Capital fuentes de profundo conocimiento de los pliegues de brocados entre los que se respira poder en la Iglesia santafesina. De allí que lo ocurrido hace dos años importó el alejamiento de los dos responsables que entonces hacían y deshacían con las finanzas en el palacio de General López y San Jerónimo.
Fuentes confiables, pero amordazadas por el canon que pena con hasta la suspensión a los sacerdotes que osen desobedecer una orden del arzobispo (como la prohibición impartida por Storni, antes de ir al Vaticano, de hablar con la prensa) contaron una increíble historia, aunque desde sus descascarados barnices epidérmicos y -comprensiblemente- pidiendo reserva de sus identidades.
A las denuncias sobre faltantes en las colectas Más por Menos se suman las revelaciones sobre otras dos: las denominadas "Para Tierra Santa" y "Obolo de San Pedro", cuyos números entre 1990 y 2000 arrojaban unos 150 mil pesos que no habrían sido girados nunca al Episcopado para que éste, a su vez, los remitiera a Roma". La primera de ellas se realiza cada Jueves Santo en todas las parroquias y capillas del mundo; sus fondos son reunidos en el Vaticano, que los destina a las estructuras católicas romanas en Medio Oriente. La llamada "Obolo de San Pedro" es otra colecta mundial que también se destina a Roma. Se realiza el fin de semana más cercano al 30 de julio de cada año y lo recaudado se destina, por ejemplo, a las necesidades del Papa cuando debe asistir a zonas donde ocurren catástrofes.
Según las fuentes eclesiásticas, en los últimos años alguien pudo haberse quedado con fondos de ambas contribuciones de la feligresía de Santa Fe. Fondos que, en consecuencia, no fueron a Buenos Aires y, por ende, no llegaron a Roma. Se trataría de los 150 mil dólares de los que las fuentes hablaron a este diario y por los que "fue indemnizado el contador del Arzobispado ese año".
Eso pasó en 2000, cuando saltó lo de la colecta Más por Menos, pero no trascendió lo de las otras dos. Sin embargo, éstas habrían producido otra baja en las filas más calificadas de las principales oficinas en las que la curia se puede manejar sin protocolos: la del administrador de entonces, "quien en esos mismos días fue designado como gerente de una reconocida cooperativa láctea de la zona".
Cuando se les preguntó si existía alguna relación causal entre el alejamiento del administrador del Arzobispado en 2000 y su ascenso en esa empresa líder del mercado lácteo, un sacerdote mencionó: "Según tengo entendido, el hombre posee algún tambo", mientras otro ironizó: "Según tengo entendido, la curia santafesina también podría tener algún tambito o empresita donde invertir".
Los sacerdotes que hablaron con La Capital se mostraron escépticos sobre la posibilidad de que una intervención judicial llegue a poner preso a Storni. "Estamos seguros de que no volverá al Arzobispado, pero no creemos que pierda poder de inmediato por la estructura que armó durante más de veinte años con ramificaciones en los más insospechados resquicios del poder", dijeron. Y citaron como ejemplo que, para investigar si se robaron los fondos aportados por los feligreses, "ellos se pueden proteger amparándose en el concordato que existe entre la Iglesia y la Nación".
Por eso, al preguntarles los nombres de los administradores que dejaron el Arzobispado al descubrirse los faltantes de las colectas, se limitaron a decir: "No debe ser difícil saber quiénes en ese año ocupaban esos cargos".


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