Año CXXXV
 Nº 49.575
Rosario,
lunes  19 de
agosto de 2002
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Escándalo en Santa Fe. Reportaje al párroco de Nuestra Señora del Carmen
Un sacerdote rompió el silencio de la Iglesia y defendió a monseñor Storni
El padre Silvestrini dice que la polémica se orquestó "contra Reutemann" y calificó de "puta" a Olga Wornat

Gabriela Zinna / La Capital

Santa Fe.- Por fin un sacerdote santafesino rompió el silencio. El párroco de Nuestra Señora del Carmen, Mario Silvestrini, salió ayer al cruce de las acusaciones lanzadas contra el arzobispo Edgardo Gabriel Storni. Y no ahorró esfuerzos por defenderlo. "Son todas mentiras", dijo a este diario el sacerdote, quien minutos después calificaría de "puta" (sic) a la periodista Olga Wornat, autora del libro "Nuestra Santa Madre", en el que dedica un capítulo a Storni y donde ventila presuntos hechos de corrupción de menores y abuso de poder. Pero la cosa no concluyó allí: Silvestrini admitió que existen divisiones en el seno de la Iglesia y consideró que este escándalo desatado hace una semana "es contra (el gobernador Carlos) Reutemann".
Silvestrini comenzó a oficiar ayer a las 8 de la mañana la misa habitual de los domingos. Casi medio centenar de fieles escucharon atentamente la palabra del sacerdote. Concluida la ceremonia religiosa una hora después, esta cronista pidió conversar con el cura a dos colaboradoras de la parroquia que habían participado de la celebración.
La entrevista se realizó un par de minutos después, en la antesala del despacho del párroco, cuya iglesia está emplazada en el centro de la ciudad, en la intersección de peatonal San Martín y La Rioja, a una cuadra del Banco Nación. Una imagen de Cristo crucificado, otra de la Virgen María y una tercera de la Virgen de Luján fueron testigos de la entrevista que Silvestrini concedió en exclusiva a La Capital. "Todas estas son mentiras. Son cosas que inventan, como lo que dicen los diarios y ese libro", aseguró el cura de antemano.
-¿Por qué cree que se está diciendo esto?
-Un poco por política también. Es contra Reutemann. No lo quieren a él y desprestigian a todos los que están en torno a Reutemann, para hacer más fuerte la vinculación con otro candidato. Eso es en parte. Y después es contra la Iglesia, siempre contra la Iglesia. En Santa Fe, nunca quisieron al obispo. Ahora (el arzobispo antecesor de Storni, Vicente) Zaspe porque murió... pero se olvidaron de que lo metieron preso tres días, pobre Zaspe. Y robaron la corona de la Virgen de Guadalupe.
-¿Pero no cree que esto tiene que ver con la división que hay entre los seguidores de Zaspe y de Storni?
-Siempre hay divisiones en la Iglesia. De (Nicolás) Fasolino, que era cardenal, decían que era un pillado. Nunca quisieron al obispo. Cada uno tiene su modalidad. Yo no digo que Storni no tenga un carácter fuerte y algunas cosas no le gustan a la gente. Y bueno, paciencia. Mientras tanto, nadie gobernó la diócesis como Zas... como Storni (sic). Zaspe, bueno como era, dejaba hacer lo que se le daba la gana a curas, monjas y laicos. Entonces el pobre Storni tuvo que poner las cosas en su lugar. Vaya a ver a la Universidad Católica los profesores que había: divorciados, gente que no era católica y eran profesores de la Católica. El pobre Storni tuvo que poner las cosas en su lugar. Claro, siempre cuesta ser gobernante. Pero todas estas cosas son cuentos.
-Pero acá la gente dice...
-Claro (interrumpe), toda la gente está alarmada. Nosotros también. Cómo no nos va a doler. Es una cachetada contra la Iglesia, contra el clero. Han dicho barbaridades contra los sacerdotes y las monjas... Que nosotros los curas usamos a las monjas, las tenemos como sirvientas. Un montón de degeneraciones.
-¿Y no es cierto?
-En este momento es común, porque no solamente hablan de la Iglesia. A los políticos los embarran, los enmierdan (sic) con toda clase de barbaridades. Nunca se probó nada. Nunca probaron nada. Y eso mismo está pasando ahora con la Iglesia- asegura, levantando el tono.
-Pero ¿qué puede decir alguien si tiene un hijo y le pasa esto que se está diciendo?
-Si yo no digo que no... vaya si ha pasado... Judas no tuvo un Cristo... Cristo no tuvo un Judas. Eso pasa siempre. En Norteamérica acaba de pasar, tremendamente... Siempre hubo esas cosas, siempre.
-Por eso, también se puede llegar a dar crédito a estas denuncias...
-Claro, claro. También si dicen que usted es una puta de mierda (sic), a la miércoles, hay que cuidarse... Y ¿qué prueba tenemos? ¿Qué prueba tenemos? ¿Quién vio algo?
-¿Y la investigación que hizo (el arzobispo de Mendoza, José María) Arancibia en el 94?
-Sí, pero no informó nada Arancibia, porque la Santa Sede no se chupa los dedos. La Santa Sede, con mucha prudencia, cuando hay algo, muy diplomáticamente, lo saca. La otra vez, hace 8 años cuando ya empezó con esto que le hicieron un escrache igual que ahora, Storni fue directamente a la Santa Sede a informar al Papa. El Papa mandó a Arancibia. Nunca probaron absolutamente nada. Así es que tampoco sé en qué quedó lo de Arancibia, tampoco se publicó nada. La Santa Sede es muy prudente en ese sentido. Si yo sé algo de usted, debo mandar a un superior para que averigüe o directamente a usted para que se corrija, pero no publicarlo en los diarios. ¿Dónde vio eso? Eso no es caridad cristiana. Y no sólo porque es el obispo o porque es un cura. No, eso es para cualquier persona. Si yo sé que una maestra en una escuela hace macanas, no lo voy a publicar en el diario, porque con eso no se corrige. Voy a ir al inspector o a quien corresponda, para que tome medidas y la llamen al orden. Y acá es lo mismo. Para eso está el nuncio.
-Bueno, pero si los hechos fueron, como se dice, antes del 94...
-(Interrumpe y grita) Eso lo dijo la puta (sic) esa, la de la revista, la que publicó el diario, que ha publicado, que tiene fama de denigrar a un montón de gente.
-¿Usted se refiere a Olga Wornat?
-Sí, sí. Eso duele, claro que duele. Y esto no sé si se aclarará, porque juicio va, juicio viene, que informe, que no informe... y naturalmente a todos nos duele, tremendamente. Pero creo que es algo técnico, abiertamente para ir contra la Iglesia. Si fuesen cristianos de veras, si hubiera algo, yo sería el primero en decirlo. Me han puesto con nombre y apellido, que es el párroco Mario Silvestrini el primero que informó a la Santa Sede. Mentira (grita). Mentira. No solamente eso, sino que yo jamás en la perra vida he sabido nada así, de estas cosas que lo acusan a Storni y menos informárselo a la Santa Sede.
-¿Usted habló con la señora Wornat?
-No.
-¿Ella lo llamó?
-No. Ella vino acá, según dicen, a vender libros, (dicen) que es todo una propaganda para su libro. Esto es una propaganda para su libro. Ahora con todo esto, va a vender libros hasta en la Cochinchina.



Ayer por primera vez se oyó una voz del Arzobispado. (Foto: Roberto Paroni)
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