Mauricio Tallone / La Capital
Bahía Blanca (enviado especial). - Las horas previas al partido entre Olimpo y Central se consumen con ánimo de histerias desmedidas. Ese ejercicio instrumentado casi exclusivamente por los hinchas canallas que desafiaron el periplo de cientos y cientos de kilómetros hicieron que Bahía Blanca, de a poco, encuentre un resquicio para mostrar su metamorfosis futbolera. Si bien esta porción del sur del país históricamente se dio a conocer en el espinel nacional con la pomposa definición de la capital del básquet por ser la cuna de reconocidos exponentes de ese deporte, el fenómeno Olimpo recuperó en el apasionado de la pelota las ganas de transitar un domingo pegado al tejido del estadio Roberto Carminatti. Por lo menos esa es la síntesis que arroja caminar por los distintos puntos estratégicos de esta ciudad portuaria de nacimiento y de esfuerzo por adopción. Ahora bien, ¿con qué clima se va a encontrar el equipo de César Luis Menotti mientras espera pacientemente la hora del partido? Antes de agilizar una respuesta hay que aclarar que Bahía Blanca no es Rosario. La gente está ilusionada con la presentación de su representativo ante el único líder del Apertura, pero no confía demasiado en las posibilidades que tiene el conjunto de Falcioni de ganar el partido. Es más, ni siquiera destilan ese halo de autoconvencimiento que caracteriza a los fanáticos de un equipo cuando se sienten inferiores. Por eso la sensación que dejan aflorar cada vez que se les pregunta sobre cómo ven al conjunto de Julio Falcioni de cara al sinuoso camino de la salvación, la respuesta que dan no brinda espacios para la discusión. La mayoría cree que si bien armaron un equipito competitivo con elementos conocedores del palo de la categoría como Vivaldo, Desagastizábal, Pininito Mas y otros, todavía no están convencidos de que con esas monedas como remiendos les alcance para aspirar a mantenerse en primera. Recién en el próximo torneo se sentirán con autoridad para dar un veredicto más acertado para saber dónde están parados y cómo será su futuro en la máxima categoría del fútbol argentino. Por ahora se conforman con la sencillez del que se acomoda a la austeridad, que en el lenguaje de los bahienses significa hacerles sentir la presión al que venga a jugar en un estadio que ellos definen como "una caja de manzanas". Con este semblante de confiabilidad cercenada, Bahía Blanca está al acecho del enfrentamiento de esta tarde ante los canallas. Y a pesar de que los hinchas de Olimpo son conscientes de que su pasividad contrasta con la euforia desaforada de los casi 3.000 hinchas de Central que concurrirán al partido, no se amilanan en el intento de ponerle una ficha al por ahora dormido sentimiento previo.
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