Los hinchas de Rosario Central finalmente no compartirán la tribuna popular con los de Olimpo, lo cual resultó una medida acertada del comité de seguridad deportiva por cuanto las obras de separación de parcialidades recién terminó ayer y, de acuerdo a la visita que realizó OVACION en la tarde de ayer, no ofrece suficientes garantías. En un principio, los simpatizantes canallas iban a ser ubicados en una mitad de la pequeña tribuna popular que da espaldas al arco sobre calle Chile y, pulmón de por medio (de 3,50 metros, delimitado por rejas) estarían a un pasito de los de Olimpo, que iban a ocupar la otra mitad. Sin embargo, en vistas de que el subcomisario Norberto Méndez (quien tuvo a su cargo la inspección) no dio el okey porque hasta el viernes los trabajos no habían culminado, finalmente le deja toda la tribuna a Central, que superarían los 2.300 pedidos de localidades (2.000 populares y 300 plateas). La visita de ayer al Roberto Carminatti permitió comprobar que se ha trabajado a destajo (en los últimos tres meses se construyeron dos tribunas de cemento, donde antes había tablones) pero que el estadio no ofrece mayores seguridades para cuando concurran hinchadas visitantes importantes como las de Central. No sólo el alto de la cabecera no es mayor a 30 escalones sino que está pegada al alambrado y además demasiado cerca de las tribunas laterales. Por ejemplo, ayer se terminó de construir los dos codos con capacidad para 500 personas cada una, y están apenas separados por un pasillo y dos alambrados endebles con la platea lateral de avenida Colón y la general de socios lateral de la calle O'Higgins. Además, las nuevas construcciones se montaron sobre paredes viejas y que en el exterior del estadio lucen bastante ruinosas, dato que llamó poderosamente la atención por la duda sobre si soportarán el peso humano cuando estén repletas. En cuanto al estado del campo de juego, que lucía de un verde impecable, uno de los operarios que estaba ayer trabajando en los últimos detalles confió de que estaba bastante desparejo. Más allá de que le pelota ruede bien o no, no hay dudas de que los jugadores sentirán la presión de tener el aliento o el insulto de los hinchas casi pegado al oído, ya que el alambrado está casi pegado a la raya de cal y además los pasillos internos de las tribunas son angostos. Difícilmente Olimpo pueda hacer de local ante River o Boca, más allá de que está proyectada una bandeja superior sobre las plateas para 5.000 personas. Los dirigentes hicieron el esfuerzo y se notó, pero no parece suficiente para la primera división.
| |