No le preocupa demasiado su dolencia, ya tradicional, en el tobillo izquierdo porque trabaría con la cabeza si es preciso. Tampoco lo desvelan los goles, porque el equipo está recubierto por un estado anímico casi impermeable que lo mantiene en un estado de éxtasis permanente. Es muy difícil escuchar, o leer, declaraciones que denoten preocupación en los jugadores de Central. Obviamente, Luciano Figueroa no es la excepción. -¿Cómo transcurrió la segunda semana de puntero absoluto? -Con tranquilidad. Venimos de una victoria y eso nos tiene mucho más contentos que en el torneo pasado porque no teníamos buenos resultados tan seguido. -¿Qué diferencias notaste entre Central y los equipos que enfrentaron? -Este es un Central que juega muy bien al fútbol y trata de manejar la pelota para llegar por los costados y por adentro. Se demuestra que es un equipo bastante ofensivo y que no especula. -¿Creés que van a empezar a esperarlos un poco más? -Creo que sí, pero de todas maneras Olimpo va a ser un equipo duro que va a tratar de sacar la pelota y presionar. Pero se va a encontrar con un Central que intentará jugar al fútbol y lo va a atacar. -¿Cómo transformaron la presión de un inicio comprometedor por el promedio en ilusión por pelear arriba? -Es que nuestro objetivo siempre fue estar arriba. -¿Cómo se metieron eso en la cabeza? -La meta de pelear arriba surgió a partir de una muy buena pretemporada. Fue distinta a otras. Fue rara porque estábamos acostumbrados a correr mucho para la resistencia. Esta vez fue casi todo potencia con pelotas pesadas, trabajos cortos de zig zag. El grupo tenía muchas ganas de arrancar. Nosotros decidimos pensar en los primeros puestos, no en el descenso. Jamás se nos cruzó por la cabeza pensar que ganando un par de partidos íbamos a estar más tranquilos. Nos concientizamos pensando que el hecho de pelear arriba nos iba a ir subiendo el promedio.
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