Fernando Gabrich / La Capital
Es cierto que los partidos duran 90 minutos más lo que adicione el árbitro. Es cierto que los triunfos valen matemáticamente igual si se gana por goleada o uno a cero sobre la hora. Todo eso es cierto. Newell's ganó anoche en el Coloso y hoy está con cuatro unidades entre los de arriba. Pero eso no significa que la producción colectiva haya sido para el elogio. El gol agónico conseguido por el repatriado Gastón Liendo no debería ocultar las falencias de un equipo que tuvo empuje -sobre todo en el complemento-, pero casi ninguna idea ofensiva. La carencia de profundidad del equipo de Zamora no es algo nuevo. En los amistosos previos al torneo la anemia de gol preocupaba al entrenador. En el debut contra River no se pudo corregir. En su momento se especuló con una falta de audacia. Por lo demostrado anoche, se puede aventurar que de lo que se trata es de ausencia de ideas. Newell's quiso ganar el partido, una actitud valorable, pero jamás supo cómo hacerlo. Y eso también es para destacar. En el primer tiempo no pudo inquietar jamás al arquero Ríos. La apuesta era simple: Manso debía crear, acompañado por Vella por derecha y Domizi por izquierda; Rosales asistir y Sacripanti facturar. La falta de sintonía de Manso incide directamente en el funcionamiento colectivo: si de sus pies no sale la magia el equipo pierde y mucho. Anoche solamente funcionó Rosales, pero con eso no alcanza. En el complemento Zamora movió piezas. Entró Liendo por derecha, salió Fernández, y Vella pasó de cuatro. Después ingresó Marino por Manso y Tilico por Sacripanti. El esquema cambió de intérpretes, pero la música siguió siendo la misma. Confusión y más confusión era lo que ofrecían los principales protagonistas del magro espectáculo. Parecía un empate cantado. Parecía que la noche del Parque se devoraría entre silbidos al equipo de Zamora. Pero, en el crepúsculo del partido, apareció Gastón Liendo para definir con un toque suave. Fue un triunfo de esos que a todos los hinchas les gusta festejar. Y por ende se fueron cantando. Pero cuando termina la noche y comienza el nuevo día, la reflexión de cómo se ganó empieza a rondar por las cabezas. Y si la única verdad es la realidad debe decirse que Newell's ganó sin ideas. Valen los tres puntos, sólo eso. Ni más ni menos.
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