Marcos Milinkovic no había estado del todo atento con algunos periodistas en la conferencia de prensa previa a los dos encuentros con Brasil. Esa actitud contrastó notoriamente ayer en su trato con el público ya que luego del partido se arrimó a las tribunas para firmar autógrafos, soportando estoicamente el acoso de algunas admiradoras. Esta vez Marcos se pasó.
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