Año CXXXV
 Nº 49.546
Rosario,
domingo  21 de
julio de 2002
Min 10º
Máx 14º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Cheques a la orden por una tomografía

Si al recetar medicamentos se ponen en juego mecanismos non sanctos, mejor no hablar de ciertas prácticas médicas. Prescribir internaciones, tomografías, resonancias magnéticas, ecografías u otro tipo de estudios, sobre todo cuando esas tecnologías recién se están imponiendo, suele ser rentable no sólo para las clínicas que las realizan, sino también para los médicos que las recetan.
Y a veces, créase o no, los cheques llegan solos, a nombre del profesional que prescribió pero sin su consentimiento. "Hace unos años le prescribí una ecografía a un paciente del Centenario. Días después recibí un cheque a mi nombre, directamente del instituto donde el hombre se la hizo. Por supuesto lo devolví, previa fotocopia del cuerpo del delito", relata uno de los médicos que dialogó con este diario.
Su testimonio tiene un mellizo. "Una vez hice una tomografía de cráneo a un particular que tenía jaquecas. Como a la semana me cayó un cheque a mi orden como si hoy fuera de 250 ó 300 pesos... Yo, le juro, no sabía nada, ni siquiera me hablaron por teléfono", recuerda otro de los médicos, precisamente el que por cuestiones como estas abandonó la profesión.
"Claro, eso funciona como un incentivo impresionante: vos la próxima vez que viene un particular se la enchufás, y así vas entrando sin querer en la corrupción", dice.
Y da todavía más detalles. "Algunos sanatorios te incitan a que internes pacientes cuando te podrías jugar por un tratamiento ambulatorio. ¿Para qué? Porque ahí se hacen radiografías, análisis, cirugías... En una clínica me llegaron a decir: «Si internás hasta 10 pacientes te pagamos tantos pesos por cada uno, si internás de 10 a 20 te llevás el doble». Al final me independicé y me puse un consultorio solo porque pensé: ¿voy a estar robando para vos, loco?". La lista sigue con otras prácticas innecesarias, como las zagas de ecografías a las embarazadas.
Los profesionales dicen que se trata de un "sistema con pinzas" de las que cuesta soltarse. Pero el paciente, que casi siempre va al médico cuando se siente mal, con miedo a la muerte, con dolor, no tiene la culpa. Y es, incuestionablemente, la verdadera víctima de esas pinzas.


Notas relacionadas
El lado oscuro del medicamento
¿Cambiará algo con la nueva ley de genéricos?
Un mismo remedio vale hasta seis veces más según quién lo fabrica
El gasto en salud
Diario La Capital todos los derechos reservados