Luis Castro / La Capital
Enviado especial. - La cabeza del cuerpo técnico es Julio (Zamora)", resalta Sergio Omar Almirón ni bien Ovacion lo consulta sobre su verdadera función dentro de Newell's. "Esa es mi tarea, pero lo importante es cuando se debe decidir algo lo charlamos. Siempre que se debe definir o cambiar algo, más allá de que tenga la última palabra, se habla mucho. Y esto lleva a que estemos bien y a que no se cometan errores. Por eso digo, soy ayudante de campo y me siento muy cómodo", agrega el ex delantero luego de cenar, al tiempo que se frota las manos y ensaya un abrazo tratando de ponerle calor al cuerpo debido al intenso frío al que se debe hacer frente en esta ciudad, sobre todo cuando el sol se despide hasta un nuevo día. El Negro es uno de los tipos con mejor humor dentro del grupo y hace de la sonrisa todo un culto. Siempre está realizando bromas y trata de mantener una estrecha relación con los jugadores para que éstos se sientan cómodos y respaldados. Sabe que de esa manera la convivencia será más fácil de transitar. Almirón trata de bajarle el perfil al protagonismo que puede tener. No quiere aparecer como el otro técnico del equipo, aunque la realidad indica que es consultado con frecuencia sobre cada una de las decisiones que toman. Es el otro yo de Zamora. -¿Tenés injerencia a la hora de armar el equipo? -Julio es el técnico, pero me consulta. Y esto es bueno. El tiene tanta experiencia dentro del fútbol como yo. Por eso hasta ahora todo salió bastante bien. Si bien tiene la última palabra nos consultamos y a veces acepta alguna idea mía. -¿Nunca intentaste integrar una dupla técnica o no te interesaba? -No es que no me interesaba, lo que sucede es que Julio hace bastante que estaba trabajando como técnico y para mí, si bien estaba con los chicos en la escuela de fútbol de Malvinas, era una experiencia nueva. Por eso se decidió que sea él el técnico y yo el ayudante. -En esta etapa conduciendo a Newell's, ¿de qué te arrepentís o creés que fallaron? -De nada, tal vez lo que nos faltó fue el trabajo de pretemporada de arranque con estos jugadores, eso hubiese sido importante. Este grupo es espectacular. Con Julio conocíamos a los chicos de antes, y no lo hacíamos porque queríamos serrucharle el piso a nadie. Teníamos un buen diálogo y hubiese sido importante empezar con una pretemporada, pero eso no se dio. -La gente, como en todos los clubes, es exitista y no perdona por más ídolos que sean. ¿Sienten cierta incertidumbre por eso? -Somos conscientes de que acá, cuando estás en el banco dirigiendo, la gente se olvida muy rápido de todo lo que le diste al club. Eso te hace pensar, pero cuando estás tranquilo con lo que hacés y confiado en lo que transmitís no tenés tiempo. Pero como dijiste vos, los resultados mandan y si perdés dos o tres partidos te tenés que ir. Eso te duele porque pasamos de los aplausos a los insultos muy rápidamente. Eso no es fácil superarlo, sobre todo cuando naciste en el club, saliste campeón. Es doloroso dar un paso al costado cuando las cosas no salen. Pero es como todo, está todo bien cuando ganás y cuando perdés sos lo peor. No quiero decir que la gente que estuvo antes haya hecho las cosas mal, pero lo que nos demostró el hincha es que cree en nosotros y lo que hicimos en el torneo fue algo positivo porque tratamos de darle la identidad a Newell's que tuvo siempre, a la que la gente estaba acostumbrada. -El pase de la Fiera a Espanyol está destrabado, así que ahora podrían traer los ansiados refuerzos. -Hasta que no esté el dinero sobre la mesa no se puede hablar con los jugadores que querés traer, porque en el momento que tenés que hacer el contrato podés quedar mal. -¿Los nombres ya están definidos? -Sí, lo hablamos con Julio y con el presidente pero se van a dar en el momento en que estemos confiados en que se puede hacer una contratación. -¿Qué análisis hacés del tratamiento de la prensa hacia ustedes? Muchos culpan y responsabilizan a los medios cuando se tienen que ir. -Eso depende de cada uno. Es como cuando jugabas. Lo más difícil es autoanalizarse. Uno sabe cuando jugó bien o mal. Es lindo cuando hablan bien y no preguntás por qué lo hacen. Y te enojás cuando te critican. Te podés enojar cuando se dicen cosas inventadas, pero por el momento la prensa se ha portado bien, salvo algunas cosas que no son demasiado significantes.
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