Carlos Tula, el célebre ex jefe de la barra brava de Rosario Central en los tiempos de Juan Domingo Perón y animador de los actos del justicialismo, quien acompañó con su bombo a la selección argentina ante Nigeria, como en los últimos mundiales, aseguró que cobra una jubilación de 198 pesos, que no es ñoqui, y que llegó a Japón porque "un amigo empresario" le pagó el pasaje. "Como una vez por día y tengo una jubilación de 198,4 pesos. Me ayudan mi hija y mis amigos. No tengo jubilación de privilegio, no soy ñoqui, no estoy ni con Menem, ni con Duhalde, ni con De la Sota, ni con Kirchner", sostuvo Tula, quien sigue al equipo nacional en cada Mundial desde Alemania 74. Tula sorprendió a los argentinos que siguieron el partido contra Nigeria por televisión: su imagen en una de las tribunas, tocando su tradicional bombo y vestido con la camiseta celeste y blanca, fue mostrada varias veces por las cámaras apostadas en el Kashima Stadium de la ciudad japonesa de Ibaraki. Según indicó, llegó allí gracias a "un amigo empresario que tiene comercio con China", que le regaló el pasaje aéreo. El ex jefe de la barra brava canalla dijo que en una de las escalas del vuelo de ida a Japón -en Lima, Perú- perdió una riñonera con todo el dinero, y que al llegar a Tokio debió ser asistido por el cónsul argentino Carlos Rubio. El funcionario le pagó una noche en un hotel de la capital nipona y luego le presentó a un argentino de ascendencia japonesa, que lo alojó en su casa, a unos 100 kilómetros de Tokio. Tula tampoco tiene la entrada para el partido del viernes cuando se enfrenten Argentina e Inglaterra, en la ciudad japonesa de Sapporo. Asimismo, el Tula dijo que tampoco dispone de los dos mil dólares que cuesta el ticket en la reventa. Pero estas adversidades no lo amedrentan: "Capaz que me regalan una entrada", afirmó confiado. (DyN)
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