La foto del Bati abrazado con Pochettino y Samuel en el festejo del gol de la victoria sobre Nigeria quedó como una marca registrada del orgullo de la gente de Newell's por la cantidad y calidad de jugadores que nutren a las selecciones nacionales. "Jé, ¿te fijaste dónde jugaron estos tres?", se ufanó Bernardo, un colega y fundamentalista hincha rojinegro, mientras blandía la imagen en cuestión como un trofeo de guerra.
"Los canallas quieren que Argentina pierda porque la dirige el Loco", sorprendió el Cabezón Maronna, como si se tratara de una denuncia de traición a la patria. "Pero yo me pongo en su lugar y haría lo mismo. A mí la selección nunca me interesó demasiado hasta que llegó Bielsa, pero si Bauza fuera el técnico de Argentina yo hincharía para todos los rivales de la selección", se sinceró el petiso, en un atípico arranque de honestidad futbolera.
"Ojo que los canallas queremos que la selección gane, eh...", advirtió Gonzalo Lazzarini, del programa "Rosario de Central", sobre el manido y afiebrado argumento de que los hinchas auriazules tiraron por Nigeria o hasta que serían capaces de hacerlo el viernes por los ingleses porque a la selección la dirige Bielsa, justamente el entrenador más exitoso que pasó por el parque Independencia.
"Y te digo más: nosotros hinchamos por la selección además porque están el Kily y Bonano, que son hinchas de Central, a diferencia de Ñubel, que no tiene ningún jugador en la selección que sea hincha de ellos", argumentó el conductor de uno de los programas partidarios auriazules.
Folclóricas y apasionantes aunque bizantinas discusiones al margen, los canallas hinchan en general por la selección con las salvedades del caso, como quien toma un antibiótico porque sabe que le hace bien, a pesar de que no le agrade demasiado el sabor del remedio.
Más allá del innegable sabor del clásico, los rojinegros celebran como victorias cada jugador propio convocado por Bielsa, mientras los canallas adhieren a las teorías conspirativas por cada candidato que queda afuera. Claro que Bielsa será loco pero no come vidrio -y si lo hace le pone azúcar, como decía el bueno de Marchetta- y por eso convocó al Kily, al Tito Bonano y al Flaco Chamot, mientras sus primos de Arroyito se preguntan por qué no convocó al Chacho Coudet, según ellos el mejor volante derecho del país.
Si bien las cosas son según el color del cristal con que se miren, como canta el tango, las divisiones lineales no suelen aportar demasiado. Y un buen contraejemplo lo dio el Indio Solari, quien opinó que Bielsa debería haberlo llevado al Rifle Castellano "porque es el mejor atajapenales del país".
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La Ciudad
