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Noches sin control en el centro

Es casi una manzana del centro de nuestra ciudad, abarcada por las calles San Lorenzo, Laprida y Maipú. Boliches, música por todos los ángulos hasta altas horas de la madrugada, voces de juventudes que no dejan descansar al vecindario -donde seguramente hay familias-, niños pequeños, abuelos, enfermos o aquellos que trabajan durante la semana y durante los fines de semana desean descansar en el posible espacio del silencio. Perros deambulantes, sin dueños, abandonados al azar, desechos de basuras desplegadas y a la intemperie por aquellos que buscan comida y elementos de necesidad mínima. A esta geografía similar a la de toda la ciudad se agregan desenfrenadamente jóvenes orinando en cualquier lugar, no en la calle, sino de los edificios o casas particulares, botellas de alcohol y/o cerveza rotas en las aceras producto de la venta ilegal de los quioscos que las venden, en especial a menores de edad. Las peleas contínuas entre bandas y grupos, no sé si de alcohólicos o drogadictos; gritos y voces no libertarias sino diabólicas hasta las 5 o 6 de la mañana. El control de esta ciudad es cada vez más deficiente. Es hora de evaluar estas graves irregularidades y comenzar a organizar un proyecto aunque sea barrial ya que de los servicios de seguridad y control municipal no existen. Cuidado que en algún momento algo dramático va a pasar y así vendrán los pesares, los lamentos y el tan trillado "se podría haber evitado".
Sergio Garfinkel