Año CXXXV
 Nº 49.482
Rosario,
sábado  18 de
mayo de 2002
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Los costos ocultos en el agro
Sin financiamiento, el gasoil sin precio y nuevas regulaciones, los gastos se comen a la devaluación

Susana Merlo

Mucho se habla sobre los márgenes brutos del campo, tanto agrícolas como ganaderos. Incluso, hace unos meses atrás, cuando se intentaba justificar la devaluación, y se sindicaba al campo como uno de los "grandes beneficiarios" del nuevo tipo de cambio (tema que hoy muy pocos se animarían a esgrimir), se mencionaba que justamente los márgenes indicaban la mejora relativa en los números del sector.
Sin embargo, y sin minimizar el valor de estos indicadores, es bien sabido que hay muchísimos elementos que no son considerados por estos cálculos tan generales. Por caso, entre el precio "oficial" del gasoil y la realidad del mercado, donde hoy casi no corren las tarjetas de crédito, débito,ni las cuentas corrientes y, prácticamente cada estación de servicio cobra lo que le parece, desde $ 0,90 a $ 1,20 el litro, sin duda hay una gran diferencia.
El hecho de que haya rutas cortadas o en pésimo estado, también constituye un costo adicional que ningún margen refleja. Son más kilómetros, roturas de camionetas y camiones, otro flete, etc. La calidad de ciertos insumos y repuestos que, con el nuevo valor del dólar, se hacen con elementos de menor calidad y, por ende, resultan mucho menos efectivos o tienen una vida útil sensiblemente menor, también deben ser tenidos en cuenta a la hora de ajustar los cálculos directos y de amortización y, ni hablar de lo que ahora insumen las comunicaciones.
La lista es casi infinita, aunque hay algunos ítems que llaman la atención mucho más que otros. En tal sentido, aunque pasó casi desapercibido a nivel público, sorprende la normativa que el sindicato de trabajadores rurales habría logrado a principios de mes, por la cual se reimplantan las bolsas de trabajo para una gran cantidad de actividades relacionadas con los granos.
Dicho en forma más o menos lineal, a partir de ahora será el gremio el que dirá "cuántos" y "quiénes" deberán trabajar, y en "qué" actividad en cada lugar. Lamentablemente no se hacen cargo del pago de los sueldos de esta gente adicional. ¿Cuánto va a encarecer el costo operativo de un acopio, de un exportador, de cualquier planta, esta medida? ¿quién lo va a pagar? ¿tal vez el mismo productor vía menores precios en sus granos? ¿quién se beneficia? ¿los obreros en general, o sólo algunos de ellos?.
De todos modos, el punto en este caso no es el accionar positivo o negativo de un gremio, o de un grupo de dirigentes, sino los costos "ocultos" de la actividad agropecuaria, que en general no son tenidos en cuenta en los cálculos generales (y mucho menos por los funcionarios), pero que tienen en más de un caso incidencia determinante en las posibilidades de ejercer o no una actividad.
Si esto, además, se pone en el marco de la realidad e inestabilidad económica actual, resulta más que imperioso comenzar a ocuparse de restringir, y luego eliminar, esta suma de drenajes, al menos, si se pretende que el campo no se achique más aún de lo que ya se prevé con estas reglas de juego.



En plena cosecha se complican los altos costos. (Foto: José Granata)
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