Seúl. - Corea del Norte y Corea del Sur, enfrentadas tras la guerra de los años 50, emitieron ayer una histórica declaración con miras a reanudar los contactos para la unificación de la península que fueron suspendidos en noviembre pasado, al concluir la cumbre de cuatro días en Pyongyang, capital norcoreana. La declaración simultánea de Seúl y Pyongyang abrió las puertas para que el gobierno comunista norcoreano se comprometa a retomar negociaciones con EEUU al invitar al representante norteamericano para asuntos coreanos a visitar Corea del Norte e impulsar un encuentro humanitario con Japón.
También se decidió iniciar contactos de cooperación económica bilaterales del 7 al 10 de mayo para analizar la extensión del ferrocarril y dos carreteras en la infranqueable zona desmilitarizada -en Panmunjon, entre la ciudad de Masan (sur) y Kaesong (norte) y a lo largo de la costa oriental del mar del Japón-, encuentros de cúpulas militares, y una eventual visita a Seúl del líder norcoreano Kim Jong Il.
La misión de cuatro días en Pyongyang obtuvo "resultados seguramente relevantes y superiores a cualquier previsión" para el enviado del presidente surcorearno Kim Dae Jung, Lim Dong Won, gracias al encuentro prolongado con Jong del pasado jueves. "El clima tenso y difícil de los dos primeros días de reuniones se disolvió imprevistamente", dijo Lim.
Casi un milagro
La imagen de "inesperado éxito" se consolidó también por la disponibilidad claramente expresa por Jong Il de reiniciar sus relaciones con EEUU y Japón. Casi un milagro teniendo en cuenta la hostil relación con Washington, luego de las recientes declaraciones del presidente George Bush en las que incluyó a Corea del Norte en el "eje del mal". "Aceptamos la visita a Pyongyang del plenipotenciario norteamericano Jack Pritchard", destacó el líder norcoreano a Lim Dong Won.
Con respecto a Japón, la Corea comunista se dijo dispuesta a resolver numerosos litigios con Tokio, incluida la delicada cuestión de 11 connacionales que el gobierno nipón considera fueron "secuestrados" por agentes del otro país. "Jamás secuestramos a nadie. Pero podemos discutir sobre japoneses que siguen desaparecidos", aseguró Kim Jong Il al enviado del sur. El acercamiento político de ambas naciones vecinas representa un logro para el presidente surcoreano en el último año de su mandato de un lustro, no renovable, que culmina en febrero de 2003. La gestión de Jung fue inaugurada bajo la insignia de Sunshine Policy (política del rayo del sol), el diálogo y la pacificación con Corea del Norte, que culminó en junio de 2000 en el histórico viaje de Kim Dae Jung a Pyongyang para reunirse con Kim Jong Il y la declaración del 15 de junio de la "eventual reunificación de la península sin injerencia de terceros países, de manera autónoma e independiente a manos del pueblo coreano". Kim Dae Jung, acusado por la oposición de su país y los halcones de la Casa Blanca de "ingenuo" frente al gobierno comunista, esperó pacientemente su momento para propiciar el diálogo.
Con el acuerdo de ayer celebra el resurgimiento del "espíritu de la declaración del 15 de junio", claramente expresado en el comunicado de ambas coreas, y la promesa de su vecino de reabrir las negociaciones con EEUU. "Una reconfirmación de la confianza mutua instaurada hace dos años entre ambos líderes y nunca venida a menos", dijo Lim Dong Won. (Ansa)