-El dólar tuvo una semana tranquila, ¿era previsible?, ¿qué pasó?
-No fue una sorpresa porque había una batería de medidas del gobierno destinadas a planchar el dólar al menos por un tiempo corto. Aunque esa precaución tampoco era una garantía. Lo que sucedió es que los exportadores liquidaron divisas, los bancos vendieron a unos centavos menos de acuerdo a lo decidido por el Central y éste también inyectó dólares. Esto hizo aumentar la oferta y por ende bajar el precio.
-¿Se puede sostener esta situación?
-No sin medidas serias de fondo. En algún momento las liquidaciones de los exportadores se acabarán y, por ejemplo, las emisiones de Letras tienen un límite porque son muy onerosas. Lo que se logró durante la última semana fue ganar tiempo; sin embargo, el dólar no se quedará en la meseta si no hay respuestas serias a los graves problemas de la economía.
-¿Entonces no hay un plan a seguir para las próximas semanas?
-Creo que no, que hasta ahora pusieron un poco de anestesia. Si no llega el desembolso del FMI y el gobierno no logra controlar el gasto consolidado y el déficit provincial el dólar se puede disparar.
-El minorista pareció confiar en la baja del dólar y compró poco.
-Es que el minorista se mueve con una visión de muy corto plazo y de acuerdo a la temperatura del ambiente. El mayorista es más astuto y tiene sus fundamentos para saber si compra o vende. Por eso creo que se puede sostener la tendencia sólo por algunos días o semanas más.
-¿Qué piensa de la posibilidad que dio el gobierno a los bancos de devolver depósitos acorralados en enero?
-Me da ciertas expectativas, al menos es un anuncio. Parece que el gobierno arregló con la banca internacional. Con la decisión de liberar el corralito en pocos meses más logrará que se sepa qué bancos van a contar con el respaldado de sus casas matrices y cuáles no. El que no devuelva los depósitos no podrá volver a operar porque estará diciendo "no soy sólido".
-¿Cree que para el ahorristas es una buena opción?
-Hay varias opciones en danza y dependerá de muchas razones particulares cuál es la mejor. Si uno se decide por los bonos tendrá que confiar en el Estado que los respalda, si deja la plata en plazo fijo tiene que confiar en el banco. También tiene tiempo hasta el 15 de abril de convertir esos fondos en una casa, un auto o una máquina agrícola y además está la opción de vender el plazo fijo aunque con un descuento más que considerable. Cada uno tiene que analizar cuánto tiempo está dispuesto a esperar y dispuesto a perder.
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La Ciudad
