La celebración islámica del Eid El Adha ("fiesta del sacrificio"), celebrada por más de mil millones de fieles en el mundo, comenzó ayer con el sacrificio ritual de animales entre corderos, carneros, vacas y camellos en todos los países musulmanes. Sólo en Arabia Saudita se sacrifican para la ocasión un millón de cabezas. La fiesta, también llamada "d Al Kabir", recuerda la devoción a Dios del profeta Abraham, dispuesto a entregar la vida de Isaac, su único hijo. Mientras tanto en Arabia Saudita se encaminan hacia su conclusión los ritos del Haj, la peregrinación anual a los lugares santos -uno de los cinco pilares del Islam- que todo musulmán que esté en buen estado de salud y tenga los medios debe realizar al menos una vez en la vida. Las solemnes imágenes de los peregrinos rezando en la Gran Mezquita de la Meca de Arabia Saudita para el comienzo de las celebraciones del Eid El-Adha fueron difundidas ayer por la televisión saudita y retomadas por todos los países islámicos, desde Marruecos a Indonesia. El imán y predicador de la mezquita, sheik Saud Al-Shureim, invocó a Dios en su sermón para que "proteja a los musulmanes y los una para cumplir los derechos del Islam, una religión que guía los intereses de los seres humanos, satisface sus necesidades y resuelve sus problemas de manera ideal". La culminación del Haj se alcanzó anteayer, cuando más de dos millones de fieles se inclinaron para rezar en el monte Arafat, donde el profeta Mahoma pronunció su último sermón. Desde ayer, esos peregrinos comenzaron el ritual de la "lapidación del Diablo", que consiste en lanzar siete piedras contra cada una de las tres estelas que simbolizan a Satanás y se levantan en la llanura de Mena, no muy lejos de la Meca. Al grito de "Allah-u-Akbar" (Dios es grande), los fieles arrojaron las piedras contra las "jamarat" en el lugar donde, según la tradición, el Diablo intentó convencer al profeta Abraham de no sacrificar a Isaac a Dios. Es uno de los momentos más peligrosos para la seguridad de los peregrinos, ya que en este lugar las concentraciones de gente pueden crear avalanchas fatales, como aquella en la que el año pasado murieron aplastadas o sofocadas 35 personas. Hasta ahora, sin embargo, la peregrinación se llevó a cabo sin incidentes de relieve, a parte de algunos desvanecimientos debidos al calor, que alcanzó los 35 grados. El ritual se extenderá hasta hoy, cuando los fieles volverán a la Meca para dar siete vueltas en torno a la Kaaba -el santuario cúbico cubierto por una tela negra y situado en el patio de la Gran Mezquita- en cuyo interior se conserva la "piedra negra" (presumiblemente un meteorito) que constituye el corazón del Islam. Una vez terminados los rituales, los peregrinos se afeitan la barba y los cabellos y dejan el ihram, las dos telas blancas sin costuras con las que realizaron el Haj (símbolo del sudario fúnebre en el que todos son iguales frente a Dios). Luego comienzan los festejos del Eid el-Adha, celebración que recuerda tanto a la Navidad, porque se hacen regalos a los niños, como a la Pascua, porque el cordero es el plato más común en las mesas. (Ansa)
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