El sistema vivió el peor enero de toda la década

La pérdida de pasajeros que soporta el transporte urbano viene creciendo desde los últimos 11 años. En enero de 2002, los colectivos cancelaron casi 6,5 millones de boletos, cifra que no alcanza a representar ni la mitad de las personas transportadas en enero del 91. De más está decir que los empresarios atravesaron el peor verano de la década. Los registros de la Secretaría de Servicios Públicos municipal sobre la evolución de pasajeros transportados en los meses de enero de 1991 a 2002 hablan por sí solos. En el 91 se subieron al colectivo 14.492.501 personas, cifra que se mantuvo más o menos estable hasta el 97. Desde entonces, en 5 años los usuarios descendieron a pasos agigantados: de los casi 11 millones del 98 se pasó a los 6,5 de 2002.
Para el titular de la Cámara de Empresarios del Transporte Urbano de Pasajeros, Nelso Manenti, la situación es "desesperante" y necesita "una solución urgente". Al explicar la crisis, el empresario apuntó a la caída de la actividad económica y la suba del desempleo. Sin embargo, el subsecretario de Servicios Públicos, José Garibay, sumó otras razones: la baja en la calidad del servicio y la consecuente competencia de otros medios de transporte. "No podemos decir en qué porcentaje la calidad del servicio atentó contra esta situación. Pero es evidente que el deterioro de los coches y las frecuencias lleva a que la gente camine más, use el automóvil, la bicicleta o los remises ilegales", indicó. Lo cierto es que mientras en enero del 94 -el mejor período de la última década- cada coche llevaba por día 1.057 personas, este año los pasajeros fueron sólo 432. Y no hay señales que indiquen que la baja no pueda pronunciarse aún más.