Sí, pellizcate leproso. El festejo volvió al Coloso. Si bien se podía esperar una victoria, no que llegara de esta forma. Después de estar 0-2 y sin un juego contundente que invitara a creer, pero lo hizo. Con mucha garra y sacrificio. Así Newell's revivió. Salió de la oscuridad de resultados negativos en su estadio y les devolvió la alegría a sus hinchas. La victoria sobre Independiente puede resultar clave para que el equipo del Negro Zamora vea la luz para transitar el camino del Clausura. Por ahora no será de la mano de la contundencia de juego. Sí por esfuerzo.
El karma de ganar pareció demasiado pesado para Newell's. Y para que las cosas fueran más difíciles apareció el golazo de Zelaye, de chilena, cuando el reloj marcaba los 15'. Encima, el juego rojinegro no permitía pensar que sería posible dar vuelta la historia.
La pelota no pasaba limpia por los pies de la Fiera Rodríguez, se serenaba en los de Saldaña y se movía bien al compás de Martínez. Pero nunca rodaba en salida limpia entre ellos y el pelotazo para que Rosales dibuje arriba no daba resultados.
Si algo faltaba para complicar fue ese gol de Cuba que a los 23' golpeó demasiado fuerte. Como para que el equipo del Parque no pudiera recuperarse. Independiente no había hecho méritos para tal ventaja, pero los goles valían.
Entonces los dirigidos por el Negro Zamora debían buscar la fórmula para dar vuelta la historia y el camino elegido, o al menos el que mejor supieron transitar, fue el del esfuerzo. Había que correr para recuperar, morder para tener la pelota y empujar hacia adelante para buscar el gol.
Así Newell's emparejó las acciones. Pero no le alcanzaba. Ya se moría la etapa inicial. Aunque antes, Vella le había devuelto la ilusión a todos con su propio regalo en el debut en su casa: su gol, el del descuento que invitaba a creer. Vital para mirar con otros ojos lo que vendría.
Zamora iba a cambiar y se arrepintió. Quería ver qué pasaba en los primeros minutos. Y sucedió lo que ansiaban todos. El empate de Dueña devolvía las sonrisas y empujaba al rojinegro a querer más.
Independiente se había dormido. Clausen ya había apostado a cuidar el resultado antes del 2-1 y recién tras el empate (cabezazo de Dueña) pareció darse cuenta de que había equivocado el camino. Y cuando quiso volver sobre sus pasos fue tarde. Newell's lo había primereado con su empuje.
La igualdad no le caía mal a ninguno. Aunque Newell's mostraba mayor resto que el rojo. Al menos ponía más. Y así tuvo su premio.
Quién mejor que Elvio Martínez para ponerle el moño al regalo para los hinchas. El mejor jugador de la cancha dejó su sello y desató la fiesta. Le dio desde afuera, con todas sus ganas, y la clavó en la red. Era el 3 a 2. No sabía para dónde correr, a quién ofrendarle el tanto del triunfo. Es que Newell's volvió a ganar, cuando más difícil estaba. Pero lo hizo y así vio la luz.
Síntesis
Newell's 3: Luque 5; Vella 5 (71' Vojvoda) -, Grabinski 6, F. Crosa 5 y Dueña 6; M. Rodríguez 5, Ponzio 5, Domizi 6 (59' Sacripanti) 5; E. Martínez 7 y Saldaña 6; M. Rosales 5 (59' Gigena) 5. Sup.: Palos y Domínguez. DT: Julio Zamora \Independiente 2: Rocha 4; Villavicencio 5, Zelaye 5 y Pernía 5; Pekarnik 5, Franco 6, Bustos 5 (80' Prieto) - y Eluchans 5 (57' Páez) 5; Insúa 6; Cuba 6 (66' Silvera) - y Vuoso 5. Sup.: Sala y Galván. DT: Néstor Clausuen \Cancha: Coloso \Arbitro: Roberto Ruscio \Goles: 15' Zelaye (I), 23' Cuba (I), 44' Vella (NOB), 63' Dueña (NOB) y 78' Martínez (NOB) \
La Ciudad
