Daniel Teglia termina de conversar con un productor de TyC en el lobby del hotel donde por unas horas se alojó la delegación de Rosario Central esperando vanamente el partido ante Racing. Los jugadores aguardaban en el micro mientras algunos dirigentes auriazules tomaban el último sorbo de café. Se lo notaba tranquilo, aunque con cierto gesto adusto, molesto quizás por un partido que venía a jugar y no tuvo resolución. -¿Qué pasó por tu cabeza cuando te enteraste de la suspensión del partido? -Una sensación de muchísima bronca. Por nosotros, por los jugadores, porque estábamos trabajando predispuestos para que el partido se jugara y me parece una falta de respeto. No puedo profundizar demasiado porque sé que hay mucho dolor entre la gente que ha perdido familiares y está damnificada por la violencia. Pero estas son cosas que tienen que ver con otro tipo de organización y prevención. No puede una amenaza poner en vilo la realización de un partido o de un campeonato. -Con el criterio que estás utilizando, se tendría que haber suspendido el clásico de Avellaneda. -Coincido plenamente y creo que todos sabemos, el periodismo, los jugadores, los dirigentes y la gente que va a la cancha, que los revoltosos no son los 20 mil que alientan y gritan y están en la platea o la popular. Esos están perfectamente identificados y, desde su lugar, que es la delincuencia, siempre atentan contra todo esto. Inexplicablemente las medidas para ponerle coto a esta situación no se toman. Esto es un acto terrorista que pone en juego ahora a un partido, pero después cualquier amenaza nos va a poner a todos de rehenes de la locura de cualquier banda que quiera parar un partido, el fútbol o la convivencia normal a la que una sociedad debe aspirar. -¿A quién le conviene que esos locos, delincuentes o terroristas que vos decís estén sueltos y no donde deberían estar? -Esa es una lectura más fina. Yo no podría decir a quién le conviene, lo que sí sé es que a nosotros no nos conviene. Ni al cuerpo técnico, ni a los jugadores ni a la gente que quiere ver tranquila un partido de fútbol. -Parar el fútbol no es la solución... -Eso sería aceptar que este tipo de hechos tienen dominio y poder sobre el normal acontecimiento. Se juega o no se juega de acuerdo a lo que nosotros decidimos como sociedad. O seguimos viviendo normalmente o nos metemos debajo de la cama a esperar a que pasen los días y que otros solucionen los problemas. Acá no va a venir nadie a solucionar nada si no nos ponemos los pantalones largos y no cumplimos con nuestras responsabilidades. -Este fútbol que tenemos, ¿es este país que tenemos? -El fútbol está inmerso en lo que pasa en el país. Yo creo que tanto en el país como en el fútbol no hay reglas claras. Cuando existan y las aceptemos, podremos vivir mucho mejor. Las reglas en el país fueron cambiadas por algunos grupos que las hicieron a su medida. Tal vez en el fútbol haya pasado lo mismo.
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