El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, reclamó un respaldo más contundente -y efectivo- de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) al programa anunciado el domingo. Pasados tres días de los anuncios, el nuevo paquete de medidas, que incluye la liberalización del tipo de cambio, no recibió aún respaldos contantes y sonantes, sino sólo palmadas de felicitación. Hasta el momento, distintos países y organismos manifestaron su apoyo, pero a la hora de hablar de billetes dicen que Argentina debe dirigirse a las ventanillas del Fondo.
Ayer Remes se reunió con los embajadores en Argentina de los países miembro del Grupo de los Siete (G-7), los más industrializados del planeta, para explicarles los detalles del plan y pedirles apoyo, ya que el fin de semana estos Estados mantendrán una reunión en Canadá.
El número dos del Tesoro norteamericano, John Taylor, dijo ayer que las medidas adoptadas por la Argentina son "alentadoras" pero siguió machacando con que el gobierno de Duhalde presente un "plan sustentable" y dejó en claro que lo expuesto el domingo por Remes no es para los americanos "el plan".
Tras un mes de silenciosa gestión, Remes dialogó ayer con la prensa internacional y manifestó que "el domingo expusimos el programa y hubiera sido óptimo su anuncio juntamente con el apoyo internacional, básicamente del FMI. Pero nos encontramos en un dilema como el huevo y la gallina: el mundo -y con razón- nos pide un programa y no es lo mismo hacer un programa con que sin ayuda internacional".
El ministro subrayó que un acuerdo con el Fondo debería darse "lo antes posible, porque para poder llevar adelante una política cambiaria razonable y poder ir avanzando en la liberación de los depósitos del corralito es imperiosa la asistencia internacional".
"En este mes he tenido oportunidad de hablar con todos los líderes económicos gubernamentales del mundo y también con todos los organismos internacionales. Y absolutamente todos nos remiten al FMI para llegar a los acuerdos", sostuvo.
"De hecho el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y el Banco Mundial anticiparon ayuda pero siempre queda supeditado a lo que se haga con el FMI", recalcó. El ministro entendió cuál es la caja que atiende a la Argentina: "Es probable que en los próximos días iniciemos las negociaciones internacionales" con el FMI.
"Y vamos a tener que llegar a un acuerdo porque Argentina no puede aislarse del mundo. A su vez, lo que nosotros estamos proponiendo es algo razonable, es algo que otros países hicieron en situaciones parecidas y obtuvieron el apoyo y el respaldo internacional", enfatizó.
En relación con el destino que tendría la ayuda internacional, el titular del Palacio de Hacienda reveló que fundamentalmente se dedicaría a la reestructuración del sistema financiero, a ayuda social y a la reconstrucción de sectores productivos abandonados.
Remes destacó que el sistema financiero "tiene serios problemas" y anunció que a partir del lunes llegarán a Argentina técnicos de Brasil, Chile, España, México y Malasia para ayudar a elaborar un plan de reestructuración.
Auxilio
Remes Lenicov le pidió ayer a los embajadores de los países que integran el G-7 y a los de España y Rusia que sus gobiernos sean más explícitos a la hora de apoyar las medidas económicas adoptadas por la Argentina.
Durante un almuerzo efectuado en el Palacio de Hacienda, el ministro solicitó "apoyos más concretos que las expresiones de deseo recibidas hasta ahora de parte de los países desarrollados".
Los ministros de Economía del G-7 y el FMI discutirán este fin de semana en Otawa la situación de Argentina, pero no elaborarán ningún plan para sacar al país de la crisis económica. A la convocatoria asistirán como observadores los responsables del FMI, del Banco Mundial (BM), y el ministro de Economía español, Rodrigo Rato.
Por otra parte, la difícil situación de la Argentina hizo que la Unión Europea esté elaborando un "programa estratégico" para asistir al país hasta 2006, mientras que el BID anticipará una ayuda de 1.000 millones de dólares para atender a los sectores sociales con mayores dificultades. El vocero de la UE para los asuntos monetarios definió a las medidas económicas anunciadas el domingo como "alentadoras", exactamente el mismo término utilizado ayer en Washington por Taylor.
La Ciudad
