Un grupo de acreedores hipotecarios privados realizó ayer un cacerolazo de protesta frente a la quinta de Olivos para pedir que el gobierno les brinde soluciones. Los acreedores, que reclamaron poder cobrar el dinero que prestaron a otros particulares, se concentraron en la esquina de avenida Maipú y Villate, en la localidad del norte del conurbano bonaerense, poco después de las 16. Unas cuarenta personas, vigiladas por policías de varias comisarías de la zona, hicieron sonar sus cacerolas y mostraron pancartas para exigir "una solución justa" y aclarar que "no somos banqueros ni empresarios, sólo pequeños ahorristas". Una de las representantes de los acreedores aseguró que "queremos sentarnos con el gobierno a discutir una propuesta". Asimismo, enfatizó: "Somos todos aportantes del sistema y no puede ser que nos dejen afuera. Confiamos en el país, no cruzamos el charco ni llevamos nuestra plata a Uruguay". El grupo entregó un petitorio para el presidente Eduardo Duhalde en la residencia, en el que solicitaron -según precisaron- "que la banca oficial venda los dólares para que se cancelen los compromisos legalmente constituidos" a través de "líneas de crédito destinadas a los deudores particulares". Además, los manifestantes convocaron a una protesta pacífica frente al Congreso nacional para mañana, a las 18. Los ecos de la situación socio-económica también llegaron a España, donde residentes argentinos hicieron un cacerolazo frente a la embajada en Madrid.
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