Año CXXXV
 Nº 49.373
Rosario,
lunes  28 de
enero de 2002
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Severa advertencia del diputado nacional justicialista
Julio Gutiérrez: "Si a Duhalde no le damos tiempo, vamos a la anarquía o a una dictadura"
Tras el cacerolazo y escrache a su casa, el legislador reutemista dijo que no tiene "nada que ocultar"

Marcelo Carné / La Capital

"Estoy tranquilo con mi conciencia porque no tengo nada que ocultar", sostuvo el diputado nacional del PJ Julio Gutiérrez, quien el viernes pasado se convirtió en el primer político de la capital santafesina cuyo domicilio (ubicado a media cuadra de la Legislatura) fue blanco de un cacerolazo y escrache.
Consultado por La Capital, Gutiérrez catalogó de "inentendible la actitud de los dirigentes de Apyme", a quienes atribuyó la organización de la manifestación frente a su vivienda. "Hable dos veces con ellos esta semana y nunca me negué a recibirlos, pero, evidentemente, tenían toda la intención de hacer el escrache frente a mi casa", sentenció el legislador reutemista.
Gutiérrez confesó haber experimentado una sensación de "indefensión" ante un eventual ataque a su domicilio y su familia, a la vez que reconoció "la impaciencia de la gente, que está muy mal". Además, advirtió que "hay que darle tiempo al gobierno de (el presidente Eduardo) Duhalde para ver si puede salir de esta situación, porque si no vamos a la anarquía o a una dictadura".
Sobre el escrache, el legislador explicó: "Cuando ellos (por los dirigentes de la pequeña y mediana empresa santafesina) realizaron una movilización el lunes pasado y dejaron un documento en la Casa Gris, plantearon que si los diputados nacionales no daban respuesta iban a hacer un escrache".
En ese sentido, el diputado abundó: "Yo telefoneé ese día a uno de los dirigentes de Apyme (Enrique Fridman) y le comuniqué que, como nunca me había negado a hablar con ellos, si tenían alguna inquietud me ponía a su disposición para lo que quisieran. Incluso les di el número telefónico de mi oficina en Buenos Aires para que me llamaran".
"Como no lo hicieron, yo mismo me comuniqué el jueves. Fridman me respondió que esa noche tenían una reunión y que cualquier cosa volvía a llamarme el viernes, pero nunca lo hizo. Evidentemente, tenían toda la intención de hacer el escrache frente a mi domicilio", señaló Gutiérrez.
-Más allá de su caso personal, ¿qué lectura hace de los cacerolazos que jaquean a la dirigencia en todo el país?
-Si los argentinos no esperan al menos un tiempo a un gobierno que hace solamente 20 días asumió para ver qué resultados obtiene, va a ser muy difícil encontrar una salida. Reconozco la impaciencia de la gente, que está muy mal, pero si no hay un mínimo de comprensión de la situación tan grave que se vive, será muy complicado gobernar todas las semanas con un cacerolazo. Más allá de la protesta, que es legítima, creo que hay que darle a Duhalde la posibilidad de que intente salir de esta situación, porque si no vamos a una anarquía o a una dictadura.
-¿Cómo vivió el escrache en su contra?
-En mi casa pintaron "Fuera los jueces corruptos". ¿Qué tengo que ver yo con la Justicia? O se confundieron de casa o no sé realmente qué querían. Estas cosas no se alcanzan a comprender porque, en definitiva, si el planteo es que nos vayamos todos (los políticos) de la noche a la mañana, es muy difícil inventar una dirigencia nueva que solucione los problemas del país. Ojalá fuera así, pero me parece una posición bastante simplista.
-¿Por qué en una provincia donde hay políticos muy cuestionados, inclusive por denuncias judiciales, su domicilio fue el primer blanco de un cacerolazo?
-No le encuentro sentido, porque a mi casa yo la hice hace más de diez años, incluso antes de dedicarme a la actividad política. La construí con recursos que obtuve en mi profesión. Aparte de la indefensión que sentí, porque ni siquiera tuve ningún tipo de resguardo ni seguridad. Afortunadamente, sólo tiraron huevos y rayaron una puerta. Pero podrían haber lanzado una bomba, que nadie me hubiese defendido.
-¿Habló con el gobernador después de este hecho?
-No. Pero recibí muchas muestras de solidaridad de gente que no podía explicarse esta situación.
-Varios dirigentes, entre ellos usted, se integraron junto a Carlos Reutemann en 1991 para rescatar al PJ de una segura derrota. ¿Cómo se encausa esta renovación política que ahora reclama la gente?
-Tenemos una provincia que es elogiada por el resto del país, donde el gobierno sigue cumpliendo con sus obligaciones, no como en otras donde se emitieron bonos y hay atrasos de tres o cuatro meses en los sueldos. Sin embargo, en vez de escrachar a los dirigentes que no cumplieron se cuestiona a los que sí lo hicieron. Además, yo no soy ni gobernador ni intendente, no tengo responsabilidades ejecutivas. Si el escrache era para los diputados nacionales, yo hace un mes que llegué a la Cámara baja, mientras que hay varios legisladores por Santa Fe que hace varios años que están en el Congreso.
-¿Qué le sugieren las alusiones durante los cacerolazos a algunos personajes carapintada?
-En realidad, sobre la tragedia de mucha gente que está mal y que vé que su nivel de vida se viene abajo siempre se montan los extremos, sean de derecha o de izquierda, que sólo buscan generar el caos y buscar un gobierno autoritario.
-¿Esta situación le hizo replantear su carrera política?
-Para nada, porque uno está tranquilo con su conciencia y no tiene nada que ocultar.



El diputado expelió su bronca contra dirigentes de Apyme.
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