Muchos futbolistas uruguayos quieren anclar en Argentina, porque saben de la jerarquía que tiene, porque además se gana más y porque puede ser una mejor plataforma de despegue a Europa. Pero el delantero parece que no eligió el mejor momento, ya que el país atraviesa una de sus peores crisis que se tenga memoria en la historia. Además, por eso mismo y por muchas otras causas, la situación interna de Central también es la peor de los últimos tiempos. "Ya estoy acostumbrado a estos problemas porque en el fútbol uruguayo pasa a cada rato. En Progreso me dejaron debiendo cinco meses y los premios del ascenso, aunque ahora creo que voy a cobrar esa deuda. Sé que en los clubes argentinos hay problemas y trato de enfrentarlos tranquilamente", reflexionó. -¿Sabías que venías a un plantel muy enfrentado con la dirigencia? -No lo sabía pero no me sorprende porque siempre ocurre así. Pero pienso que dirigentes, cuerpo técnico y jugadores deben tener el mismo objetivo para salir adelante de estas situaciones. -A este problema hay que agregarle el que vive el país. -Sí, es un momento difícil, como nunca para la Argentina, pero no podés ponerte a evaluar eso cuando se te presenta una oportunidad así. Tenés que tratar de dejar al margen eso a la hora de entrar a una cancha o de entrenar. -Uruguay también vivió estos días una marcha obrera importante. ¿Están como en Argentina? -Y, los problemas económicos argentinos llegan a Uruguay porque nuestra economía depende mucho de lo que pase en este país. Lo que pasa es que allá somos menos pero los ruidos se empiezan a escuchar, reclamando por trabajo y la falta de dinero.
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