El campo siempre fue para la Argentina un importante engranaje en el motor de la economía y los fabricantes de maquinaria agrícola, que dependen directamente del productor agropecuario, padecen por estos días de una manera particular los problemas financieros que ocasionaron el "corralito", la inactividad del mercado de granos y la devaluación, a tal punto que la mayoría de las plantas están inactivas, o con una producción menor a la histórica. Los números cantan: John Deere vende menos de un cuarto que hace cuatro años, la fábrica Bertini está produciendo a un 25% de su capacidad, y otra industria del ramo, Fabimag, tuvo que reducir un 35% la manufactura.
El presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Enrique Bertini, señaló que las empresas no tienen dinero porque está incautado en los bancos y eso no permite ningún movimiento. La situación que atraviesan la mayoría de las empresas obligó a dar vacaciones a la mayoría de los trabajadores de planta, y la producción está casi paralizada.
"La devaluación debería haber sido positiva: en Europa se devaluó y no aumentaron nada, pero acá hay una conciencia distinta, las empresas quieren las mismas ganancias en dólares", señaló el presidente de Cafma.
El gerente general de John Deere, Miguel Di Stefano, señaló que la actividad fabril sigue en marcha básicamente por las exportaciones, porque el mercado interno está muy deprimido. "Hay una parálisis en las ventas casi total, tanto por no saber a qué precio vender, como por la falta de compradores". La inactividad en el mercado de granos fue una de las causas del parate. "Este año vamos a perder mucho dinero, tendremos severas pérdidas por la falta de ventas y mayores costos".
Salir del dólar
La incertidumbre es letal para una empresa que proyecta su actividad a dos o tres años. "No sabemos qué hacer ni cómo hacerlo, sin embargo, algunas de las medidas que tomamos son reducir nuestra exposición al dólar sustituyendo los componente importados por nacionales o acentuar el control de gastos, recortando la publicidad o los viajes", subrayó.
Sobre el fin de la convertibilidad, Di Stefano dijo que "fue una salida brusca y el corralito lleva a una inseguridad jurídica que hace difícil convencer a los inversores de que Argentina es creíble". Sin embargo, sostuvo que cuando se unifique el tipo de cambio se mejorará la competitividad del campo, se incrementará la producción y se podrá exportar. "Creemos que estamos en el sector correcto, el campo sacará adelante al país", expresó.
Agustín Alvarez, socio titular de la empresa Metaltécnica, que comercializa los productos Agroflex, coincidió con que la inactividad en el mercado de granos desembocó en el corte de la cadena de pagos. "Los productores no tienen los fondos suficientes para cubrir los cheques dados", justificó.
El empresario mencionó que "estamos en una fuerte sudestada, pero con una esperanza de alcanzar la costa". Desde su óptica esto debería hacerse a través de un giro en la conducción económica y política, donde se privilegie el trabajo.
Ciento por ciento nacional
Desde Fabimag, Oscar Morales advirtió que, sumado el panorama recesivo, la Secretaría de Industria y Comercio de la Nación no paga los bonos para los fabricantes de productos cien por ciento nacional. "Con el 14 por ciento que le descontamos a los clientes, el Estado nos devuelve un bono con el que podemos pagar IVA, ganancias o a un proveedor, pero nos adeudan desde agosto y no hay nadie que nos dé una respuesta". La proyección de la empresa es bastante oscura. "Le dimos vacaciones a la gente y no estamos produciendo nada; además, ya no sé que puerta golpear", señaló.
Cristian Ambrosino, socio de Tecnorural, remarcó que hoy en día el único modo de venta que están trabajando es de contado. "Ya no podemos distinguir entre clientes buenos y malos, tenemos que ver quienes tienen plata". El empresario sostuvo que con la devaluación la venta de granos, al estar ésta en dólares, va a ser un buen negocio", sintetizó.