Año CXXXV
 Nº 49.372
Rosario,
domingo  27 de
enero de 2002
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Nuevo plan. El gobierno impulsa un modelo para sustituir importaciones
En medio de la crisis, la industria debe empezar de cero
Los empresarios celebran la nueva relación cambiaria, pero señalan que será difícil despegar

Claudio Berón / La Capital

¿Llegó la hora de la industria?. En el marco de la alianza entre el gobierno y los sectores de producción, que anunció el presidente Eduardo Duhalde al presentar su plan económico, se podría pensar que de la mano de la devaluación debería aparecer un proceso de sustitución de importaciones. La cosa no parece ser tan fácil, si bien desde algunas grandes empresas empiezan a sondear a proveedores locales para reemplazar insumos importados que hoy por hoy se encarecieron o están directamente desabastecidos, los fabricantes nacionales están en estos momentos más ocupados en sobrevivir que en los eventuales beneficios del nuevo modelo.
En boca del mismo ministro de la Producción, José Ignacio De Mendiguren, se ubicó a la industria del calzado, la metalúrgica, las textiles, el mueble y la agroindustria como los sectores que más rápidamente responderían a la mejora del tipo de cambio. Con excepción del caso del campo, el resto son sectores que en los últimos años fueron fuertemente afectados por la ola de importaciones que incentivó la revaluación cambiaria.
Pero del dicho al hecho hay un trecho. Un dirigente empresario de la provincia fue categórico. "Ni nosotros mismos nos damos cuenta de lo destruido que está al aparato productivo, hay cosas ínfimas que se fabricaban en el país que dejaron de hacerse hace años y esto no se arregla en un mes", sostuvo.
Cada sector tiene un panorama distinto, pero ninguno es alentador en el corto tiempo. Distinto es el escenario que se ve desde el gobierno. Según el secretario de Industria de Santa Fe, se beneficiarían todos los sectores, ya que habría un reemplazo de bienes intermedios importados por nacionales.
Los metalmecánicos son los más entusiasmados. Elder Cornaglia, titular de Engrecor, instalado en el parque industrial de Rafaela y con una trayectoria de 27 años, no se atreve a hacer un pronóstico, pero dice "tener confianza en tanto y en cuanto se sigan una serie de medidas claves".

El peor momento
"Nunca padecimos tanto como en este momento, fabricamos engranajes para cadena e insumos para la agroindustria; cosechadoras, enfardadora y repuestos varios", dijo el industrial que se vio afectado por la importación de engranajes.
El empresario se entusiasmó porque "ahora podremos volver a competir con el precio dólar, pero la maquinaria hay que ponerla a punto, nosotros seguimos fabricando y sobrevivimos, pero entre el corralito y un plan poco claro hacemos maravillas para pagar los sueldos", acotó.
Un fabricante de accesorios de acero inoxidable para la industria alimentaria sostuvo que "el problema es la falta de pago interno, no tenemos recursos, exportamos el 10% de nuestra producción, pero el material que usamos no se fabrica en el país".
Y acotó: "Si estuviera todo aceitado, el nuevo modelo sería beneficioso sobre todo para el mercado interno, pero para eso el costo se mantiene estable. En nuestro, caso no podríamos reemplazar la mercadería que importamos", enfatizó".
En cuanto al modelo implementado, le vio el lado positivo al hecho de que con la devaluación "van a desaparecer los comerciantes que transaban con productos importados".
El problema de estos fabricantes es el insumo importado. Un comerciante del rubro de la refrigeración se lamentaba de que en la Argentina ni siquiera se fabrican los tubos de cobre para frío.
Guillermo Moretti, directivo de la Federación Industrial de Santa Fe, fue categórico. "La sustitución de la industria nacional por las importaciones ha sido tremenda y ni nosotros nos dimos cuenta", enfatizó.
Una de las cuestiones más conflictivas es cómo se recupera el capital de trabajo o de giro. "Está cortado el aparato productivo, los cheques vuelven y no pueden cubrirse, además en este marco no se puede invertir en nada", explicó Moretti.

Las bicicletas
La industria de la bicicleta, con su rápida reacción, podría ponerse a la vanguardia de este posible resurgimiento. Pero Ernesto Aita, un referente del sector, planteó que "al no tener un proyecto de país, es difícil que alguien se juegue a fabricar algo, ahora los insumos se compran y se arma, para colmo la Aduana estaba agujereada y el libertinaje reina, el deterioro es total", se lamentó.
En Rosario había una fábrica de piñones y en Buenos Aires uno de cadenas pero "han desaparecido" sentenció el empresario.
"Hay insumos que no podemos producir, la bicicletería no paró la producción, se aggiornó", dijo y se pregunto: "¿Quién puede invertir a dos años, con la seguridad de que el próximo ministro de Economía no abra la importación salvaje y nos quedamos con las máquinas y sin un peso?".
Su visión, pese a todo, no deja de ser esperanzadora. "El taller chico puede resurgir, el implemento del manubrio, la dirección, puede volver a fabricarse, pero el insumo es lo que encarece, la chapa argentina, monopólica, es más cara que la importada", concluyó.
Otro caso es el de los fabricantes de muebles, que en los últimos años fueron perdiendo mercado a manos de sus competidores brasileños. Eduardo Turri, de Cañada de Gómez, ciudad en la que están radicadas las principales firmas del sector en el país, admitió que la mejoría en el tipo de cambio puede operar como una protección pero reclamó medidas apropiadas para que resurja la actividad.
Por el lado de la industria del calzado, Alberto Serra, de la Cámara que agrupa a los fabricantes del sector, señaló que "en los últimos años el zapato de Brasil entró con todo".
"El producto terminado consta de muchos insumos: adhesivos, hilos, bases de poliuretano, entre ellos sólo las bases son totalmente importadas. Es más, en Rosario ya casi no quedaron proveedores, se concentraron todos en Buenos Aires", agregó.
Los textiles tienen un panorama similar. "¿Quién se va a largar a invertir, si no sabemos cómo sigue la cosa?. La industria de la tejeduría no existe más, hoy en la Argentina no se fabrica ni tela de toalla", manifestó un industrial del sector con 20 años de trayectoria.
"Es más- dijo- ahora estuvimos sondeando algunos viejos talleres, pero no hay ni siquiera un precio con el cual sacar costos", explicó.
De Mendiguren puso en funcionamiento el jueves los engranajes del "Plan Estratégico Productivo Nacional", que apunta a generar una proyecto consensuado con las provincias para el desarrollo de la producción, apuntando al valor agregado. Esto, dice, daría un impulso a estos empresarios.

Un plan competitivo
El ministro expuso allí la propuesta de su cartera. En sus pronósticos se vislumbra una caída de la actividad económica durante el primer semestre, luego una meseta de estancamiento y un repunte del 4,5 por ciento en el último bimestre del 2002.
"Tenemos que lograr que esta devaluación sea competitiva y estamos trabajando muy fuerte en ese tema a través de un acuerdo de precios y en destrabar los problemas que aparecen en la cadena productiva por la falta de insumos", relató el ministro que mostró datos de que la devaluación modificó la ecuación productiva de varios sectores.
En ese sentido, De Mendiguren consideró que "en el corto plazo debemos lograr que la ventaja de la devaluación no se licúe con la inflación y sea competitiva, y que los sectores que están arrancando tengan un impacto más fuerte en el empleo, que es una obsesión nuestra".
Sin embargo, el ministro reconoció que "la restricción fiscal es muy fuerte como para poder plantear políticas activas, pero estamos analizando todas las herramientas que sin costo fiscal existen para ayudar a las economías regionales".
Para el secretario de Industria santafesino, Ricardo Fragueyro, De Mendiguren mostró "un convencimiento de que a través de la producción este país tiene un futuro excepcional", sostuvo el funcionario exultante.
Para el hombre del gobierno santafesino, el sólo hecho de que pueda resentirse la importación de bienes terminados va a generar que la industria manufacturera pueda crecer. "En el rubro calzados, por ejemplo, teníamos todo, desde el cuero hasta la mano de obra", recordó, pero explicó que "al importar el zapato terminado, todo el componente fabricado se cayó".
El funcionario destacó que "algunas industrias van a arrancar más despacio, pero otras, las que estaban más expuestas, van a tener un resurgimiento importante", disparó.
Dudas sobre el futuro plan. Incertidumbre en el futuro cercano pero a la vez ganas de volver a producir, es lo que se percibe de los pauperizados industriales santafesinos.



La industria bicicletera está en condiciones de producir.
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