La Cámara de Diputados votó en general y se aprestaba a convertir en ley el proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que habilita a la entidad monetaria a emitir y actuar como prestamista de última instancia. Durante el debate, el justicialista Rodolfo Frigeri llevó la voz cantante del bloque oficialista y defendió el proyecto impulsado por el Ejecutivo, al señalar que con esta iniciativa "estamos proponiendo la reforma de la carta orgánica, no olvidando la misión central del BCRA de conservar el valor de la moneda". El legislador destacó que con la nueva ley, la entidad permitirá "regular el valor de la moneda, dictar normas sobre la política financiera y de cambio", pero imponiendo la obligación a la entidad de notificar o dar a publicidad "el programa monetario que se inicia". Por su parte, la jefa del ARI, Elisa Carrió, expresó la oposición de su bancada al proyecto, al señalar que la iniciativa no presenta "controles" a posibles maniobras de entidades bancarias y capitales privados. La diputado denunció: "Con esta ley estamos operando la estatización y la licuación de las deudas de los bancos y capitales privados igual que en 1982". En la misma línea, su compañero Mario Cafiero sostuvo que con esta ley "se trata de dar facultades extraordinarias al Banco Central para salvar a los bancos". Desde el otro lado, presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, el justicialista Jorge Matzkin, afirmó, a través de un comunicado, que "el Congreso realizará un estricto control de la emisión monetaria". El radical Víctor Peláez fundamentó el apoyo de su bancada el proyecto y consideró que la iniciativa contempla los controles necesarios sobre el programa monetario. El demoprogresista Alberto Natale se opuso, por considerar que la reforma de la carta orgánica del Central empeora el problema de la economía argentina. Con el nuevo esquema legal, el BCRA podrá hacer las siguientes operaciones: u Emitir moneda de acuerdo al presupuesto que establezca el Congreso. u Financiar al gobierno a través de la compra de títulos negociables de la Tesorería a valor de mercado, que no podrán incrementarse más de un 10% por cada ejercicio. u Regular la cantidad de moneda y el volumen del crédito, así como le permite dictar las normas cambiarias, monetarias y financieras, al mismo tiempo que le da la autoridad para fijar los requisitos mínimos de seguridad que deberán presentar los bancos para operar. u Actuar como prestamista de última instancia y asistir con redescuentos. u El 33% de las reservas podrá integrar integrado por títulos públicos y, en cuanto a la regulación de la cantidad de dinero, señala que podrá exigir a los bancos mantener disponible ciertas proporciones de depósitos y otros pasivos en pesos o divisas.
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