Año CXXXV
 Nº 49.363
Rosario,
sábado  19 de
enero de 2002
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El resultado de jugar al "terror controlado"

Jerusalén. Los disparos mortales del extremista palestino Abdel Sallam Hassuna a los clientes del salón Davids Palasts en Hadera, no sorprendieron al servicio secreto de Israel.
A diario se reiteran las advertencias de nuevos ataques, pese a que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, ordenó el pasado 16 de diciembre el fin de toda acción violenta contra los israelíes, y pese a haberse registrado una notable calma de la situación en Cisjordania y la Franja de Gaza. "Pero no teníamos ninguna prueba concreta", admitió el jefe del Estado Mayor israelí, Shaul Mofas, tras el ataque terrorista de la noche jueves, en el que seis israelíes murieron, además del atacante.
Para el gobierno de Israel y la cúpula del Ejército el culpable de la nueva escalada de violencia tiene nombre y apellidos: "Arafat es la clave de todo lo que está pasando aquí. Los ataques continúan o paran según su voluntad", aseguró el ministro de Defensa Benjamin Ben-Elieser.
Pero tanto observadores palestinos como expertos occidentales en seguridad dudan de que el líder palestino realmente controle del todo el creciente número de extremistas.En su opinión, Arafat ha consentido durante demasiado tiempo los ataques de los numerosos grupos armados y grupúsculos de su organización partidaria Al Fatah, para ahora poder detenerlos.
El "terror controlado" contra Israel con el que la administración palestina quería forzar a que Israel cediese durante los primeros meses de la Intifada, ahora está fuera de control. De hecho, en los 16 meses de Intifada transcurridos, Arafat se ha negado rotundamente a actuar con severidad contra los extremistas de las organizaciones radicales islámicas Hamas y Jihad.
Tan sólo ha detenido a unos pocos hombres, señalados por Israel como instigadores de numerosos atentados terroristas. Y la mayoría de ellos han sido puestos en libertad poco después. El líder de Al Fatah casi nunca ha actuado contra las Brigadas de mártires de Al Aqsa, la nueva generación de extremistas de su partido Al Fatah, responsables del atentado de Hadera.
Observadores palestinos no esperan ahora tampoco que el presidente de la ANP y jefe la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) realmente vaya a actuar con firmeza contra los actos terroristas, condenados por Estados Unidos y la Unión Europea. (DPA)


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