Ramala. - En represalia por el cruento atentado palestino de la noche del jueves, que causó la muerte a seis israelíes, tropas de Israel entraron nuevamente en la ciudad autónoma palestina de Ramala, en el norte de Cisjordania, y avanzaron hasta escasos metros de la residencia del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, quien quedó virtualmente sitiado. Fuentes de la ANP aseguraron que el veterano líder "resistirá" cualquier intento de desalojarlo de su cuartel general. A la vez la aviación israelí demolió hasta los cimientos un cuartel de la seguridad palestina en la ciudad de Tulkarem.
Tanques israelíes penetraron, según la radio palestina, en el barrio de Pira, de Ramala, mientras soldados israelíes ocupaban las residencias del jefe del servicio secreto palestino, Taufik Tiraui, y del líder de la Intifada, Marwan Barguti. Este es un "halcón" de la dirigencia palestina.
La acción militar israelí fue en respuesta al atentado suicida perpetrado horas antes por un extremista palestino en la ciudad de Hadera, en el norte de Israel, que costó la vida a seis israelíes que asistían a una fiesta de confirmación judía, y que dejó también una treintena de heridos. El hecho que el atacante perteneciera a las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, una formación armada del propio partido de Arafat, Al Fatah, agravó el atentado a los ojos de los israelíes y de la comunidad internacional.
El ministro español de Asuntos Exteriores, y presidente del Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE), Josep Piqué, expresó la enérgica condena, en nombre de los Quince, por el atentado terrorista de Hadera. En Siria, donde se halla de visita, lamentó: "El proceso de paz está moribundo".
Un tanque israelí disparó horas después del atentado en Hadera contra tres palestinos, matando a uno de ellos e hiriendo a otros dos, en el norte de la Franja de Gaza.
El ministro israelí de Defensa, Benjamin Ben-Elieser, pidió la visita urgente a la región del enviado de Estados Unidos, Anthony Zinni, para presionar a los palestinos. "Arafat es la clave de todo lo que está pasando aquí", reiteró.
Los F-16 vuelven a actuar
En una primera reacción de represalia por el atentado, que también fue condenado en duros términos por el gobierno de Estados Unidos, aviones de combate israelíes F-16 destruyeron el cuartel general de la policía palestina en la ciudad cisjordana de Tulkarem.
Según la radio palestina, el bombardeo de las instalaciones policiales causó la muerte de dos palestinos y dejó heridos a al menos otros cincuenta personas. Varias víctimas del ataque aéreo aún se encuentran sepultadas bajo los escombros, indicó la radio.
La radio israelí informó de que al menos 20 tanques y vehículos acorazados además de paracaidistas fueron enviados a Ramala. El portavoz del gobierno israelí, Avi Pasner, dijo que el atentado de Hadera se merece una reacción contundente.
Mientras, la policía israelí fue puesta en estado de máxima alerta ante el temor de que se produzcan más atentados. La radio israelí informó que las fuerzas de seguridad cerraron ayer las vías de acceso a todas las ciudades en la zona donde está situada Hadera, próxima a la Línea Verde entre Israel y Cisjordania.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) emitió un comunicado en el que se condena el atentado de Hadera, pero al mismo tiempo, responsabilizó al gobierno israelí por la "grave agresión contra nuestro pueblo y sus instituciones".
Con la entrada de tanques israelíes en Ramala, Sharon ha "interrumpido el alto el fuego y ha roto los acuerdos alcanzados hasta la fecha entre ambas partes", dice el texto. Arafat hizo un llamado a la intervención de Estados Unidos para "impedir el colapso total del proceso de paz".(DPA)
La Ciudad
