Jerusalén/Gaza.- El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, el laborista Shimon Peres, exigió durante la reunión semanal del gabinete una amplia investigación de la destrucción de decenas de casas palestinas en la Franja de Gaza, acción del ejército que ha generado controversia en el seno del gobierno israelí. Pero el primer ministro, Ariel Sharon, rechazó los reparos expresados contra la actuación del ejército el pasado jueves, reprendiendo a Peres y otros críticos. Sharon dijo que estas manifestaciones públicas sólo beneficiaban a la propaganda palestina.
"La destrucción de viviendas da una mala imagen de nosotros en los medios de comunicación. En asuntos de destrucción de casas debemos tener mucho, mucho cuidado", dijo Peres a Radio Israel. El ministro de Trabajo, Shlomo Benisri -del partido ortodoxo Shas- se puso de parte de Sharon y criticó a sus colegas del partido laborista: "Han conseguido que el tema llegara a las primeras páginas de los diarios sin antes haber escuchado el informe oficial del gobierno. Eso daña la imagen de Israel".
Sharon dijo que "no es oportuno expresar opiniones cuando no se conocen totalmente los hechos", al referirse a los ministros laboristas Sallah Tarif y Matan Vilnay, que criticaron la demolición de casas palestinas por parte del ejército israelí.
Por su parte, el líder de la oposición, Yossi Sarid, calificó la destrucción de las casas de "tonta" e "ilegal". El ministro árabe del gobierno de Israel, Salach Tarif, criticó la medida y lamentó que ésta afectara a personas inocentes.
Destrucción en Rafah
Tropas israelíes destruyeron o dañaron más de 70 viviendas el pasado jueves en el campamento de refugiados de Rafah, según fuentes palestinas. Israel reaccionó de este modo al ataque del miércoles contra un puesto militar israelí en el sur del país, por extremistas de la organización radical islámica Hamas, que procedían de ese campo de refugiados.
El general de brigada Israel Siv, al frente de los efectivos israelíes en la Franja de Gaza, negó la versión palestina de los hechos y aseguró que sólo se destruyeron 21 viviendas que habían sido abandonadas. La organización de paz árabe judía Betselem informó de la destrucción de 56 viviendas. Otras diez resultaron dañadas. Según la organización, ahora 443 personas se ha quedado sin hogar. También la Organización Humanitaria de la ONU (UNRWA, según sus siglas en inglés) contradijo el informe del ejército israelí y comunicó que 120 familias se han quedado sin techo.
El ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben-Elieser, confirmó en la reunión del gabinete de ayer la versión de los hechos facilitada por el ejército y afirmó que si algunos palestinos habían perdido sus casas se podría a su disposición casas prefabricadas. Grupos activistas palestinos de derechos humanos anunciaron que intentarán procesar al comandante del ejército israelí, entre otros, por la reciente destrucción de viviendas. Prevén presentar documentos a Naciones Unidas, según los cuales, se responsabiliza al general Doron Almog de la muerte de palestinos y del castigo colectivo impuesto al campamento de refugiados de Rafah.
En tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de España, y presidente de turno del Consejo de Ministros de la Unión Europea, Josep Piqué, expresó que las acciones de venganza israelíes contra los palestinos "no pueden ser justificadas como parte de la lucha contra el terrorismo". La destrucción de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Gaza "no se puede justificar como parte de la lucha contra el terrorismo", afirmó Piqué al diario árabe que se edita en Londres Al Hayat.
El político español inicia esta semana una gira de varios días por Medio Oriente y se reunirá, entre otros, con el Sharon y con el líder palestino, Yasser Arafat. (DPA y Ansa)