La depresión y la agresión están emparentados íntimamente; si la agresión sale para afuera es hostilidad, si la agresión queda adentro es una agresión al yo y se produce la depresión", destacó el especialista Jorge Helman, al describir a la depresión como un estado que lleva inevitablemente a la retracción sexual y al desinterés por todo lo que tenga que ver con el placer.
La situación de crisis actual viene generando, como una de las posibles reacciones de la gente, profundas depresiones, muchas veces ligadas a la falta de trabajo y de perspectivas.
Frente a este tipo de crisis, en donde está en juego la cuestión de la exclusión, el tema "es muy fuerte; psicológicamente el sentimiento más destructivo de la persona es el sentimiento de inutilidad, de percibir que uno no es útil para otro, y esto es muy aniquilante", dijo Helman.
Nostalgia del futuro
Otro aspecto que está en juego y vinculado a la depresión es, según el experto, "la nostalgia de futuro, que es paradójico, porque nostalgia es dolor por lo perdido, y nosotros hemos perdido futuro".
"Tenemos -continuó- nostalgia de futuro y esto genera nuestras reacciones de agresividad hacia nosotros o hacia el afuera. Por supuesto que siempre es preferible volcarla hacia afuera porque además el motivo está afuera". En este contexto, en el que la autoestima está seriamente lesionada, "el erotismo queda muy resentido", explicó.
En tanto y respecto exclusivamente al tema de los más jóvenes, la psicoanalista Hebe Perrone observó que una de las consecuencias de esta crisis y específicamente de la crisis de las instituciones, "es la incidencia en situaciones de menor cuidado de la sexualidad por parte de los adolescentes".
"Estamos observando -puntualizó- que hay menor cuidado con respecto a sí mismos, en chicos que incluso tienen alto nivel de información". (Télam)