Omar Bravo
El vasto poderío del PJ bonaerense coronó ayer en la Asamblea Legislativa 48 horas de una refinada operación política que depositó en la Presidencia a su jefe máximo: Eduardo Duhalde. Homogéneo como pocos, en la movida tuvieron decisiva participación los máximos operadores duhaldistas en el Parlamento: Eduardo Camaño, José María Díaz Bancalari y José Pampuro, tres históricos, aunque el iniciador fue el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, en la propia residencia de Chapadmalal, apenas comprobó que Adolfo Rodríguez Saá ya era historia. Hubo un solitario intento de romper esa homogeneidad a cargo del cordobés José Manuel de la Sota, uno de los derrotados de ayer. Fue cuando, junto con Néstor Kirchner, ofrecieron a Carlos Reutemann erigirlo como candidato presidencial para enfrentarlo a Duhalde en el recinto. Una fuente inobjetable dijo a La Capital que el gobernador santafesino rechazó la oferta por considerarla "aventurera", especialmente porque la invitación le llegó media hora antes de que comenzara la Asamblea. La seriedad y la conducta que todos le reconocen a Reutemann evitó una maniobra que pudo haber provocado el estallido del PJ. Según los que participaron de la negociación, el Lole apoyará al nuevo presidente pero sin colocar hombres de su confianza. Pero el convite de última hora arroja sombras sobre el accionar político de De la Sota, capaz de motorizar una movida que bien pudo haber resultado ruinosa para su propio partido. Los bonaerenses, no bien advirtieron que la definición se daría de nuevo en la Asamblea, pensaron en alcanzar un acuerdo con la UCR y parte del Frepaso, lo cual de inmediato generó el resentimiento de por lo menos nueve gobernadores del PJ. Pero sabían que no tenían posibilidades. Precisamente, la tarea de Ruckauf fue acompañar en sus horas finales a Rodríguez Saá, quien no se sabe si con ayuda o sin ella, antes de caer le dio un golpe tal vez definitivo a De la Sota, al acusarlo de directamente de su renuncia. En su intensa prédica de ayer ante los medios, el cordobés no pudo repechar aquella imagen de conspirador y en el recinto hasta se llevó una inesperada crítica de Elisa Carrió (ARI), quien sin mencionarlo lo describió como quien "desesperadamente quiere elecciones el 3 de marzo". Entre los peronistas renació el clima de la campaña electoral de 1999, que separó a los bonaerenses de santafesinos y cordobeses. La senadora Roxana Latorre no quiso opinar sobre esas teorías conspirativas, pero sí dijo que después de lo visto en esta última semana, "Reutemann es la reserva que le queda al PJ".
| |