Woelflin se hizo cargo de la dirección técnica de la primera división en 1994, año en que comenzó a gestarse este proceso lleno de gloria. "Fuimos creciendo de a poco, paso a paso. Pero la gran explosión de Gimnasia y Esgrima se da en el 95 cuando la institución tomó la decisión de poner un coordinador y apoyar al vóley. El cuerpo técnico se abocó ciento por ciento a trabajar y creo que no defraudó, como tampoco lo hizo el grupo de jugadoras, que hizo el sacrificio y entendió lo que tenía que hacer, que se comprometió y lo llevó a cabo", resumió el técnico quien no pudo ocultar su satisfacción. Más adelante Woelflin se refirió a sus chicas. "En el plantel hay muchas jugadoras con las que gané el campeonato de 1996. Y si bien el equipo se fue renovando mucho, nunca se desbalanceó", confesó. El plantel de los últimos cuatro años (tiempo que mantiene el invicto y que ha logrado la marca) requirió de los servicios de entre 15 y 18 jugadoras. "En estos años se han ido jugadoras, otras vinieron... no muchas, y han surgido valores de las inferiores", reseñó Woelflin. -¿Recordás un partido en especial? -Son muchos años y por ende muchos partidos... No tengo uno en mente, por eso quisiera hablar de este presente. Te puedo decir que después de tres años que no las pudimos juntar terminamos la temporada contando con todas las jugadoras. -¿Por qué no las tuviste disponibles? -Por las convocatorias a la selección nacional, por lesiones y también por estudio. Porque no hay que olvidarse que este es un deporte amateur y hay que respetar todas las obligaciones que tienen las jugadoras. Yo no les pago y por eso no les puedo exigir. La moneda que yo puedo pagarles es que sientan placer por entrenar y jugar, que disfruten de eso... y en ese ámbito tenemos que tratar de cumplir con los objetivos. Las chicas no juegan para mí, juegan para el club. Esto no es una ambición personal, es una cuestión que nos propusimos lograr entre todos, nos preparamos para eso y hasta ahora nos ha ido bien.
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