Miguel Pisano
Las casualidades no existen, según afirma Ernesto Sábato en "Sobre héroes y tumbas". Y algo de ello debe ocurrir con Daniel Teglia, el flamante director técnico de Rosario Central que acaba de tener un buen comienzo en el cargo, justamente en el examen más exigente: el de la gente. ¿Quién dijo que Teglia tuvo un mal comienzo en Central porque el equipo no haya podido ganar todavía en los cinco partidos en los que lo dirigió? En realidad, Teglia comenzó de la mejor manera imaginable desde el punto de vista de su relación con los hinchas, que son en definitiva quienes con mayor justicia evalúan su trabajo, porque cuenta con el notable apoyo de ellos aún en la adversidad de no haber podido ganar un partido todavía. Y ese es precisamente el mejor inicio de su ciclo, e inclusive resulta más importante todavía que haber ganado los cinco partidos, porque el flamante director técnico canalla consiguió lo más difícil, que es conformar el estricto paladar del hincha, justamente en el peor escenario: cuando el equipo no consiguió aún una victoria. Y a la hora de las comparaciones, Teglia guarda un sorprendente y saludable parentesco con el entrenador de la selección nacional, Marcelo Bielsa, por una serie de características comunes, a saber: dirigieron durante varios años las divisiones inferiores de sus clubes y conocieron a la perfección a la totalidad de sus jugadores; llegaron al cargo tanto por su capacidad profesional como por el peso propio de su trabajo; aceptaron el desafío de conducir el primer equipo en un momento muy complicado desde el punto de vista político e institucional de sus clubes, y poseen una capacidad de análisis y de diagnóstico superior a la media del fútbol argentino. La comparación puede resultar odiosa desde el punto de vista de Bielsa, quien ha ganado tres títulos nacionales, dirigió en México y Europa, y ejerce ahora la máxima responsabilidad técnica del fútbol argentino en uno de los procesos más exitosos, a tal punto que el propio Teglia se pone incómodo con sólo preguntarle, con su habitual humildad y su gran capacidad de comunicación. Sin embargo podría servir como aporte y advertencia a todos los responsables de evaluar el trabajo de Teglia -desde el primer dirigente hasta el último hincha-, quienes deberían recordar, si no, que el propio Bielsa estuvo a sólo 90 minutos de abortar su ciclo más exitoso, cuando perdió 2 a 1 como local contra Huracán y en la fecha siguiente lo hubieran echado si no le ganaba 3 a 1 como visitante de Unión, aunque ahora parezca mentira. Sí, con Teglia ha nacido un nuevo Bielsa. Y, como decía Sábato, las casualidades no existen.
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