Año CXXXV
 Nº 49.330
Rosario,
viernes  14 de
diciembre de 2001
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Otro paro. Transporte, sector público y comercio, los pilares de la protesta
Adhesión sin fisuras en todo el país
El gobierno minimizó la huelga, pero las CGT calcularon un acatamiento del cien por ciento

El paro de 24 horas convocado por las dos CGT y la CTA contra el gobierno nacional tuvo ayer importantes niveles de acatamiento en todo el país. La elevada adhesión a la protesta de los trabajadores del transporte de pasajeros fue una de las claves que garantizaron el éxito de la medida de fuerza.
La protesta, que se sintió también en el sector público y el comercio, derivó en incidentes de distinta gravedad en Rosario, Pergamino, Córdoba, Neuquén, General Roca, San Juan, Mendoza, La Plata y Mar del Plata, con heridos de balas de plomo y de goma, detenidos y daños en edificios públicos y colectivos. También hubo cortes de rutas, caminos y puentes en el interior y en accesos a la Capital Federal.
Según el Ministerio de Trabajo, la huelga tuvo, "tomando el promedio de todo el país: el 59 por ciento de adhesión". Como ocurre en cada paro, el gobierno intentó minimizar sus consecuencias, mientras los gremios organizadores calcularon un acatamiento del "ciento por ciento".
Si bien el viceministro del Interior, Lautaro García Batallán, reconoció que hay "tensión social", advirtió que los paros son "inconducentes". Más allá de las palabras, lo concreto es que el Ejecutivo tiene previsto sumar a los sindicalistas en la concertación.
Consultado sobre la medida de fuerza, el presidente Fernando de la Rúa enfatizó: "Es un paro cuyos motivos no están claros. Al parecer se vinculan con las medidas bancarias". Por su parte, el ex jefe del Estado Carlos Menem aseguró que los trabajadores que "se sienten perjudicados" con las iniciativas del gobierno "están en su derecho" de realizar la huelga.
En la Capital Federal, la falta de transporte fue vital para que el cese de actividades se sintiera con fuerza. El ausentismo también se notó mucho en la administración pública y el comercio.
Si bien los bancos abrieron sus puertas para atender al público, hubo menos gente que en días anteriores, con largas colas para tramitar la apertura de cajas de ahorro. En los barrios porteños periféricos y el conurbano bonaerense, el paro pegó con fuerza (además del transporte) en el sector industrial.
La protesta tuvo un alto acatamiento entre los trabajadores estatales, que marcharon por las principales ciudades del interior del país. La falta de atención en las oficinas públicas y de colectivos en las calles fueron los pilares de esta huelga organizada contra los ajustes, la implementación de bonos en las provincias y el modelo económico en general.
La inactividad fue total en las universidades nacionales. Es que además de repudiar el modelo económico, los docentes agrupados en la Conadu siguen reclamando el pago de sus sueldos de noviembre. Los productores y dirigentes del campo también se plegaron a la huelga.
La actividad en el sector privado fue baja pero no nula, ya que por menos horas funcionaron los shopings, comercios chicos y empresas de servicios. Como consecuencia de la falta de ómnibus, miles de trabajadores recurrieron a remises compartidos, taxis y autos particulares para poder presentarse en sus puestos laborales.
A las multitudinarias marchas organizadas por los estatales se sumaron desocupados, que reclamaron subsidios ante la imposibilidad de conseguir trabajo.



La desierta avenida del Libertador, en Capital.
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