En un Palacio Municipal sin ningún empleado, el intendente Hermes Binner convocó ayer a los directores de los distritos barriales para avanzar con el plan de descentralización. Esa fue la reunión más importante que tuvo el jefe de la ciudad, en la que estuvo acompañado por el secretario general del Departamento Ejecutivo, Juan Carlos Zabalza.
En sus respectivos despachos también se sentaron otros dos secretarios: el de Gobierno, Antonio Bonfatti, y el de Hacienda, Angel Sciara. Este último tuvo que trabajar un poco más y citar al presidente del Banco Municipal, Daniel Pavicich; a la directora de Registro e Inspección, Analía Antik, y a los concejales Raúl Lamberto y Silvia Augsburger.
Estuvieron todos juntos dos horas (a partir de las 10.30) y el tema que los ocupó fue la coordinación de la moratoria municipal que comienza hoy. Sciara, de sport (camisa celeste a cuadros, jeans y mocasines), dio las instrucciones para facilitar los trámites a los contribuyentes que concurran a saldar los atrasos en tasa de inmuebles y derecho de registro e inspección. De todas maneras, al tratarse de otra de las tantas moratorias que se repiten, no hubo grandes novedades ni innovaciones.
El mismo tema convocó a su oficina desde temprano al director de Información Pública, Rubén Galassi, para el diseño de la comunicación y avisos una vez en marcha la moratoria. ¿Algún anuncio del intendente, alguna declaración? "Nada por el momento, se sigue trabajando", contestó Galassi.
El resto del Palacio de los Leones, en todos los pisos, vacío por completo, ni un alma más allá del mayordomo en obligado turno. Ante un llamado confirmatorio de La Capital, Néstor Ferraza, titular del sindicato municipal, dijo que la adhesión fue "total, como siempre, más allá de las guardias mínimas y servicios esenciales garantizados en los hospitales".
Sobre el filo de las 12, en la puerta principal, cerrada por completo, la radio de los policías comenzó a reproducir los mensajes con mayor ritmo, uno atrás del otro. Se advertía acerca de una columna de la Corriente Clasista Combativa que luego, efectivamente, terminó su recorrido allí, con más de diez discursos de delegados y el lanzamiento de huevos a la fachada color ladrillo.
El bochorno de la mañana, en tanto, ya había despejado por completo el Pasaje Juramento; desierta e inhabitable, muy difícil que en verano reciba el reposo de un alma cansada esa eterna loza donde los arquitectos no pensaron un solo árbol.
Tras el cruce del paseo, una puerta lateral dio pista de algún presente en el Concejo Municipal. Segundo o tercer día en el cargo, el presidente del cuerpo, Norberto Nicotra, caminó de su oficina al recinto para ordenar trabajos de refacción y reacomodamiento de ordenanzas y periodistas.
"Ningún anuncio", se anticipó al cronista. (Fue un día, al parecer, en que nadie quería hablar, quizá porque habían escuchado el tono con que lo había hecho De la Rúa a las 8.30). Acompañado por el cavallerista Oscar Urruty, Nicotra (también de sport, remera Lacoste, jeans Versace y remate con náuticos) confirmó que hoy habrá reunión de presidentes de bloque, que el lunes trabajarán las comisiones con elección de titulares de cada una, y que el cuerpo tendrá sesiones de prórroga desde el 20 de diciembre para tratar temas atrasados, entre ellos la aprobación del presupuesto girado por Binner.
El bloque de Convergencia ya había arribado en pleno (Jorge Serrano, Raúl Milano, Cristina Usandizaga y compañía) para reunirse y definir estrategias.
A unos metros, las puertas abiertas permitían escuchar un animado diálogo que fluía de otra oficina. Se trataba del despacho del bloque peronista donde, animados, charlaban Evaristo Monti y el padre Livio Gorza, mensajero y apóstol, responsable de la parroquia Cristo Rey de Fisherton, cuyas reformas pretende y no le permiten iniciar.
(Producción periodística: Pablo Procopio, Jorge Salum, Lucas Ameriso, Daniel Leñini, Eugenia Langone, Diego Veiga, Carina
Bazzoni, Sergio Roulier y Pedro Squillaci)
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La Ciudad
